Las fallas eléctricas son un tema que los latinoamericanos ya conocen. Su referencia más directa es Venezuela, con apagones tan constantes que demuestran la ineficiencia de la dictadura de Nicolás Maduro. El peor episodio ocurrió en marzo de 2019 cuando el país enfrentó el peor de su historia. Fueron seis días a oscuras en los 23 estados.
El suceso desató la angustia de los venezolanos, mientras que el régimen anunciaba una imaginaria “guerra eléctrica” y un supuesto sabotaje a la central hidroeléctrica venezolana en Guri. Los últimos días el país ya registraba perdidas por 875 millones de dólares, según la firma Ecoanalítica.
Los apagones continuaron. Solo en marzo de 2020 ya se registraban 10.210 cortes de luz según un reporte de France24. Analistas afirmaron a ese medio que las falla contribuyeron en 2019 a que el Producto Interno Bruto nacional (PIB) se contrajera 35 %.
En los últimos días México se convirtió en el protagonista de los apagones. A inicios de semana, 4,7 millones de personas se quedaron sin luz al norte del país. Luego de esto, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), anunció racionamiento eléctrico para el centro y occidente del país.
La medida se dicta «ante el aumento del pico de la demanda vespertina y nocturna en el Sistema Interconectado Nacional y la indisponibilidad de generación suficiente para cubrir las regiones del norte y noreste del país», informó el organismo en redes sociales.
No es el primer apagón en México
El presidente de México culpó de la última falla al «mal tiempo» en Estados Unidos, es decir, la nevada en Texas. Lo que afectó el transporte de gas por ductos, pues estos se congelaron. También dijo que la situación aumentó el precio del gas hasta en «un 5000 % «, reseñó EFE. Esto último provocó además que la CFE no pagara más por el gas natural abastecido por el corredor Texas-Kansas-Louisiana.
Sin embargo, no es la primera vez que ocurre un episodio similar. En diciembre del año pasado hubo otro apagón masivo en varios estados del país. El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) lo atribuyeron a un «desbalance» en el Sistema Interconectado Nacional entre la carga y la generación de energía, ocasionando una pérdida «de aproximadamente 7500 MW”.
El episodio no discriminó. Afectó alcaldías en Ciudad de México, al Sistema de Transporte Colectivo METRO y entidades como Jalisco, Yucatán, Veracruz, Hidalgo, Nuevo León, Sinaloa, y Coahuila. En total fueron 10.3 millones de usuarios que se quedaron sin electricidad, según el Cenace.
Además de la supuesta alta demanda, el CFE dijo que el responsable fue un incendio de un pastizal en Tamaulipas, en el noreste del país. El fuego “provocó la salida de operación de dos líneas de transmisión», replicó El País.
Gonzalo Monroy, director de GMEC, consultora especializada en el sector energético, dijo que las causas eran desconocidas pese a los argumentos del CFE. “Y si no sabemos las causas reales, tenemos una alta probabilidad de que esto vuelva a ocurrir. No sabemos si es falta de mantenimiento. Lo que sí sabemos es que la línea de transmisión que falló ya tenía fallas desde 2016. La CFE ya sabía que tenía problemas”, aseguró.
Ante esta nueva falla comenzando el 2021, los mexicanos usaron las redes sociales para hacer alusión a Venezuela. El expresidente Felipe Calderón se hizo eco del reclamo. «Antes no ocurría», escribió en Twitter.
La reforma energética
En el año 2013 el entonces presidente Enrique Peña Nieto presentó una reforma constitucional en el ámbito energético. Esta permitía al gobierno federal establecer contratos con la inversión privada para la exploración y extracción de petróleo.
López Obrador calificó a esta reforma como “un gran fracaso y una gran mentira”, indicó Animal Político. Por eso, a inicios de este año AMLO propuso al Congreso una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que de acuerdo al portal mexicano Alto Nivel, modifica por completo el andamiaje jurídico que actualmente regula a este sector en México.
La nota agrega que la iniciativa elimina la obligación de la CFE de comprar electricidad a través de subastas, cambia el orden de la prioridad del despacho de energía eléctrica, privilegiando a la CFE, y subordina a las empresas de energías limpias a las políticas que establezcan la Secretaría de Energía, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), y la misma Comisión Federal de Electricidad. Con esto se pretenden suprimir los lineamientos de competencia y libre concurrencia del mercado.
En contraparte, empresas de energías renovables en México aseguran que la reforma de AMLO «es la más devastadora para el país por sus posibles impactos a la economía».
«Si el gobierno se avoca a generar electricidad con tecnología más cara, esto se traducirá en tarifas más altas o subsidios, y tendría una presión para las finanzas públicas en el corto y mediano plazo”, dijo a Forbes México el vocero de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), Julio Valle.
En medio de la nueva reforma de AMLO y las advertencias, queda claro que los mexicanos comienzan a experimentar un camino con apagones y racionamientos, similar a los venezolanos.
Fuente: PanamPost