El país sudamericano ha emitido la mayor parte de su deuda en títulos bajo ley extranjera debido a la desconfianza que genera en los inversores la falta de seguridad jurídica. Para modificar las condiciones de pago, el gobierno requería el previo aval del Parlamento.
Su debate se dio en el marco de la convocatoria a sesiones extraordinarias y muestra la importancia que le otorga el presidente peronista Alberto Fernández, que llegó al poder en diciembre, al abultado endeudamiento de Argentina.
La deuda pasó a 150.000 millones de dólares, de los 15.000 millones registrados en 2016.
Marcelo Trovato, de la consultora de inversiones «Pronóstico Bursátil», cuestionó que el gobierno no haya definido un programa económico de crecimiento y se mostró pesimista acerca de la posibilidad de escapar del “default”.
“Podes tener voluntad de pago, pero si no presentas un plan sustentable de cuatro o cinco años que diga cómo vas a generar ingresos es muy difícil que los acreedores privados te den el ok”, dijo a The Associated Press.
Fernández recibió la noticia de la aprobación de la ley mientras realiza una gira por Europa en la que ya suma los apoyos de las autoridades de Francia y Alemania para encarar el proceso de renegociación.
El mandatario afirmó que “no es verdad que no tenemos un plan. No lo contamos porque estamos en plena negociación y contarlo sería mostrar las cartas y estamos jugando al póker y no con chicos”, indicó en diálogo con estudiantes del Instituto de Estudios Políticos de París. No obstante adelantó que el 12 de febrero su ministro de Economía Martín Guzmán “va a explicar todo lo necesario para que todos entiendan de qué se trata para hacer sostenible la deuda”.
Por su lado, Guzmán se reunió la víspera en Roma con la titular del el Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva y analizaron cómo reestructurar el pago de unos 44.000 millones de dólares transferidos a Argentina en el marco de un acuerdo crediticio por más de 56.000 millones concedido en 2018 en medio de una crisis cambiaria.
Ambos participaron en un foro sobre inclusión en el Vaticano, en el cual el papa Francisco mostró su apoyo a Argentina -su país de origen- al llamar a los organismos internacionales a aliviar la carga de las deudas.
“Las exigencias morales de San Juan Pablo II en 1991 resultan asombrosamente actuales hoy: Es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas. No es lícito, en cambio, exigir o pretender su pago cuando este vendría a imponer de hecho opciones políticas tales que llevaran al hambre y la desesperación a poblaciones enteras», aseveró el pontífice.
La pobreza en Argentina afecta a más del 35% de la población, según las últimas cifras oficiales de septiembre. Expertos señalan que en la actualidad la sufre un 40%. La inflación acumulada en 2019 fue de 53,8%.
Guzmán señaló en tanto que “una solución para la deuda argentina traerá estabilidad” a Latinoamérica y advirtió que “hacer austeridad fiscal para pagar la deuda… no funciona”.
El país afronta periódicamente crisis financieras y problemas de liquidez que la han llevado a refinanciar sus compromisos. A fines de 2001 declaró un default récord por algo más de 100.000 millones de dólares durante la peor crisis económica de su historia.
Fuente: Diario las Américas