Argentina cumplió este domingo (20.09.2020) seis meses desde la imposición de medidas de aislamiento social para hacer frente a la pandemia de la COVID-19, con una situación epidemiológica aún no controlada y un duro costo para su ya golpeada economía, mientras las autoridades alertaron por el incremento de casos en el interior del país.
Desde que el Gobierno de Alberto Fernández decretó por primera vez el aislamiento social obligatorio el pasado 20 de marzo, las medidas de confinamiento se han prorrogado en doce oportunidades, con flexibilizaciones paulatinas y marchas atrás dependiendo de la situación sanitaria en las diversas regiones del país. La más reciente extensión fue anunciada el viernes pasado y regirá hasta el 11 de octubre.
Desde la detección del primer caso el 3 de marzo pasado, Argentina ha registrado 631.365 contagios, de los cuales 8.431 fueron reportados este domingo, y 13.053 decesos por la COVID-19, tras confirmarse en las últimas horas 144 nuevos fallecimientos, de acuerdo a los más recientes datos difundidos por el Ministerio de Salud.
Contagios crecen en el interior
Y aunque la curva de casos tiende a estabilizarse en el área metropolitana de Buenos Aires, a las autoridades preocupa que está creciendo en el interior del país. De hecho, la novedad de este fin de semana es que por primera vez desde el inicio de la pandemia el registro diario de casos es mayor en el interior del país (50,8 % del total) que en Buenos Aires y sus alrededores, un área que en mayo concentraba el 93 % de los contagios.
El diario local La Nación informó este domingo que en el sistema de salud público y privado en Rosario quedan disponibles 77 camas de terapia intensiva, mientras las autoridades anunciaban restricciones para evitar que el vertiginoso aumento de contagios -que comenzó en agosto- provoque el temido colapso, luego de que la provincia de Santa Fe sobrepasara los 24.000 casos.
Rosario pasó de ser una de las ciudades que mejor había logrado contener los contagios en los primeros cuatro meses de la pandemia pero ahora está en una situación de desborde, con 7572 pacientes activos, agregó el rotativo.
Golpe económico
Por otra parte, las estrictas medidas de aislamiento que rigieron particularmente desde finales de marzo y hasta mediados de mayo implicaron una paralización casi total en buena parte de una economía que ya venía golpeada por la recesión iniciada en abril de 2018.
En los últimos meses se han concedido muchas flexibilizaciones, pero aún así los indicadores muestran niveles de actividad muy deprimidos y, según la última proyección oficial, el producto interior bruto terminará este año con una caída del 12,1 %, una magnitud de desplome mayor a la observada en la severa crisis de 2001-2002.
Fuentes privadas dan cuenta de pérdidas de puestos de empleo y cierre de empresas y comercios, cuya actividad ha sido en muchos casos nula en los primeros meses del confinamiento.
Fuente: Dw