El ministerio de Exteriores de Argentina comunicó este miércoles la retirada del país del Grupo de Lima, lo que se interpreta como una muestra de apoyo al régimen chavista de Venezuela y a su presidente, Nicolás Maduro. Integrado ahora por quince países americanos, incluido Canadá, el Grupo de Lima es un mecanismo informal de consultas creado en el 2017 para presionar al chavismo y forzar la democratización de Venezuela con la celebración de elecciones libres, tras la deriva autoritaria de los últimos años.
Continuaba com miembro pese al cambio de gobierno
Argentina formaba parte del Grupo desde su fundación en el 2017, cuando el país estaba presidido por el conservador Mauricio Macri
Argentina formaba parte de esta entente desde su fundación, cuando su presidente era el conservador Mauricio Macri. Al llegar a la Casa Rosada, a finales del 2019, el actual mandatario, el peronista Alberto Fernández, mantuvo al país en el Grupo de Lima, participando de sus reuniones pero desmarcándose de sus comunicados y resoluciones.
Por ejemplo, cuando en enero del 2020 el Grupo reconoció la reelección del líder opositor Juan Guaidó al frente de la Asamblea Nacional venezolana, Argentina no firmó la declaración. Tampoco lo hizo México, que sigue formando parte de esta organización informal a pesar de que está presidido por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
La mayoría de gobiernos que integran este mecanismo diplomático son conservadores, aunque Bolivia sigue perteneciendo formalmente después de que el gobierno provisional de la ultraderechista Jeanine Áñez (2019-2020) dejara el poder y volviera a manos del Movimiento al Socialismo (MAS) con el presidente Luis Arce.
A pesar de discrepar de sus posturas, que Argentina siguiera siendo miembro del Grupo de Lima permitía a Alberto Fernández –al igual que a López Obrador- posicionarse como mediador privilegiado en la crisis venezolana y, al mismo tiempo, criticar algunas actitudes autoritarias del gobierno de Maduro, lo que le costó al mandatario argentino ser objeto de exabruptos de los dirigentes chavistas.
Las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada”
El comunicado difundido este miércoles por el ministerio de Exteriores argentino afirma que “las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada” y que “por otro lado, la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”.
Argentina considera que “la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero sí a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”. En este sentido, la nota deja claro que “la oposición en su conjunto” debe formar parte de ese diálogo.
De esta manera, el país austral se acerca nuevamente al régimen chavista y le da oxígeno internacional. Durante la etapa kirchnerista, la Casa Rosada fue una aliada incondicional del chavismo, tanto bajo el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), como del de su viuda, Cristina Fernández (2007-2015), actual vicepresidenta argentina.