martes, noviembre 19, 2024
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Arranca el cuestionado y controversial Foro Económico de Davos

DAVOS- El controversial Foro de Davos , que apuesta por un globalismo con medidas económicas y políticas socialistas, comenzó este martes en Davos, Suiza.

Aparentemente, la rivalidad comercial de Occidente con China por las energías verdes y ahora el show emprendido por el exconvicto por corrupción y presidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, sobre el «futuro del país sudamericano».

El Foro de Davos reúne cada año en Suiza a una élite económica y política que aboga por el globalismo bajo normas socialistas y el denominado Marxismo Cultural del Siglo XXI, ideología opuesta al desarrollo del capitalismo de Occidente.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, criticó el martes los esfuerzos por atraer a China las industrias europeas de tecnologías «limpias», mediante subvenciones que, según ella, «distorsionan» el mercado.

«Cuando el comercio no es justo, nuestras reacciones deben ser más enérgicas», afirmó, apuntando a China pero también a Estados Unidos, donde hay en marcha un gran plan de inversiones climáticas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

«Nuestro objetivo debe ser evitar cualquier perturbación en el comercio y la inversión transatlánticos», afirmó.

El plan de Biden, llamado Inflation Reduction Act, (IRA), prevé cuantiosas subvenciones para las empresas estadounidenses del sector de los vehículos eléctricos o las energías renovables.

La retórica de China
Por su parte el vice primer Ministro chino Liu He pidió poner fin a la «mentalidad de Guerra Fría» y reiteró la oposición de Pekín al «unilateralismo y el proteccionismo».

En las últimas dos décadas, China ha redoblado sus esfuerzos contra el mundo económico occidental tomando ventajas en sus aranceles de exportación e importaciones, tema que revisó el expresidente Donald Trump y obligó a Pekín a un acuerdo comercial mucho más justo para Estados Unidos firmado en enero del 2020.

El plan de ampliar el desarrollo económico de EEUU frente a la rivalidad de China y el resto de bloques económicos en el mundo, que comenzó a aplicar el gobierno del expresidente Trump, fue la crítica constante de este Foro de Davos, cuyas bases se centran en eliminar la hegemonía de la primera potencia mundial.

La hipótesis del cambio climático, la centralización de los estados, el cambio de la historia y la cultura de los países con un proceso de culturalización general contra la idiosincracia y el nacionalismo, siguen siendo puntos centrales en la agenda de este encuentro auspiciado por una élite que intenta trazar pautas para el resto del mundo.

El foro se celebra este año en un mundo marcado por la guerra de Ucrania y bajo el lema «cooperación en un mundo fragmentado».

Esa famosa cooperación e interdependencia trajo los graves problemas económicos y de escasez durante la pandemia china de COVID-19. Y es precisamente esto lo que busca el Foro, que cada país dependa de un gran gobierno global que sea quien dirija, cree, reforme leyes y regulaciones y las implemente. Pero que la inmensa mayoría de esas leyes refuten la esencia conservadora del capitalismo occidental en un llamado Nuevo Orden Mundial, bajo un socialismo globalizado.

Ese es el principal objetivo del Foro de Davos.

La hipocresía de los globalistas
La guerra contra los combustibles fósiles y en particular contra las petroleras en el mundo, sin un plan concebido ni efectividad de las «energías limpias», es otra de las hasta ahora fallidas estrategias de este tipo de encuentros, muy similar al Foro de Sao Paulo y el llamado Acuerdo de París, entre otros. Todos con una bandera común: destruir el poder de EEUU.

Entre otros temas en el encuentro aparece el futuro de la Amazonia, donde jóvenes activistas como Helena Gualinga, conocida como la «Greta Thunberg de Ecuador» y que también está este año en Davos, luchan contra la deforestación y por la defensa de sus comunidades.

«¡Basta ya!» de explotar energías fósiles pidió este martes en Davos la activista indígena ecuatoriana Helena Gualinga, que junto a Greta Thunberg y otras jóvenes militantes busca nuevas formas de movilización contra el cambio climático.

Gualinga, de 20 años, pertenece a la comunidad kichwa de Sarayaku, en la provincia de Pastaza, en la Amazonía ecuatoriana, y se ha convertido en portavoz de un pueblo que reclama derechos y autonomía frente a los estados y a las grandes compañías petroleras.

«Tenemos que dejar el petróleo bajo tierra, dejar de explotar los territorios indígenas y para eso son sumamente importantes los derechos de los pueblos indígenas, los derechos colectivos», dijo Gualinga con una visión sumamente estrecha de la complejidad del mundo real.

Este es el idealismo que caracteriza a gran parte de los participantes en el Foro de Davos.

Por su parte, Greenpeace denunció de nuevo la «hipocresía» de las élites mundiales, que acuden a Davos para hablar del clima pero en jet privado: en la edición del año pasado hasta 500 vuelos de aviones privados fueron registrados con salida o llegada en aeropuertos cercanos a la estación de esquí, según un estudio encargado por la organización a la consultora holandesa CE Delft.

Por su parte la organización prosocialista Oxfam pidió, coincidiendo con el arranque del foro, reducir el número de multimillonarios a la mitad de aquí al 2030 con la subida estrepitosa de impuestos y mediante políticas corrosivas para hacer un mundo más «igualitario».

Este es el mismo discurso que emplean todos los regímentes autoritarios y dinastías para hacer creer a las poblaciones que habrá más justicia en un mundo donde todos seamos extremedamente pobres, excepto una élite que sería quien se encargaría de gobernar el mundo en las próximas décadas.

Fuente: Diario Las Américas

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