MIAMI.- El arresto del exdiplomático estadounidense Víctor Rocha, acusado de prestar sus servicios como presunto espía del régimen de Cuba en contra de Estados Unidos durante cuatro décadas, prendió las alarmas del exilio cubano.
Reconocidos líderes de la comunidad emigrada de la isla manifestaron “preocupación” y “malestar” frente a las sospechas de que Rocha, quien había ocupado importantes cargos en representación de EEUU, tenía la misión de informar a la dictadura sobre asuntos sensibles, incluso para la preservación de la seguridad nacional.
“Una gran decepción”
Félix Rodríguez, cubano, exagente de la CIA y destacado activista por la causa de la democracia en Cuba, opinó que “si se comprueba que es verdad, sería una gran decepción. Nunca lo hubiera esperado”.
Rodríguez, recordado por su participación en la tarea que permitió capturar al guerrillero Ernesto Che Guevara en las montañas de Bolivia, reconoció su amistad con Rocha en otra época de su vida. “Es algo que considero imposible de creer porque yo lo conocí hace muchos años”.
Explicó que a Rocha se lo presentó un oficial diplomático de la embajada de Estados Unidos en El Salvador. “Me lo presentó e intercambiamos teléfonos y mantuvimos contacto”.
Después, según el relato de Rodríguez, quien hoy dirige el Museo de la Brigada 2506 en Miami Gardens, “él estuvo en Buenos Aires en una época en que no confirmaban al embajador y trabajaba como encargado de negocios en ese país por varios años”.
“Yo visité por esos días Buenos Aires. Lo llamaba porque teníamos una buena amistad. Él venía inclusive a verme al hotel, allí conversábamos”, rememoró.
A juicio del ex agente de la CIA, Rocha era un hombre “extremadamente inteligente” y lo “consideraba extremadamente conservador”.
“No podemos olvidar que cuando él fue embajador la primera vez en Bolivia, él fue la persona responsable de que Evo Morales no llegara a la presidencia porque hizo algo que casi ningún embajador hace, y fue que amenazó a todo el mundo en ese país diciendo que si Evo Morales salía electo presidente, se iban a cortar todas las ayudas de Estados Unidos”.
“Obviamente, eso fue lo que propició que Evo Morales no agarrara la posición de presidente de Bolivia en aquella oportunidad”, señaló.
Las expresiones de Rocha fueron ampliamente difundidas en su momento y se interpretaron como una intervención de EEUU en la región. Sin embargo, Morales luego fue elegido en los comicios de 2005 como el primer mandatario de origen indígena en Bolivia.
Rodríguez no cree que haya sido objetivo de las supuestas labores que cumplía Rocha. “No lo creo. Yo traté de contactarlo en los últimos diez años y jamás contestó una llamada mía. A lo mejor ya estaba en eso, pues quizás por la amistad que teníamos trató de protegerme”.
Añadió que pese a la amistad que los unió hace varias décadas, ninguna autoridad de EEUU lo había contactado para obtener información acerca de Rocha.
“Me parece inverosímil que este señor estuviera trabajando para la inteligencia cubana”, acotó.
Grave caso
Para otros líderes del exilio cubano, la detención de Rocha en Miami tendría una mayor notoriedad que el caso de la espía Ana Belén Montes, quien entregó información relevante al régimen castrocomunista durante unos 17 años.
El coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), Orlando Gutiérrez-Boronat, dijo que “este caso es más grande y preocupante que el de Ana Belén Montes, porque no estamos hablando de un hombre anónimo, sino de un diplomático de alto nivel”.
Montes se desempeñaba como analista principal en Washington. Su captura se produjo en 2001 tras comprobarse que enviaba informaciones encriptadas a un contacto de la dictadura cubana. En meses recientes, la espía salió de prisión después de pagar una pena de 20 años y se radicó en Puerto Rico, en donde se encuentra en libertad condicional.
Entretanto, Ramón Saúl Sánchez, director del Movimiento Democracia, comentó que los cubanos del exilio cubano son conscientes de que “la dictadura gasta más dinero en las estructuras para mantenerse en el poder que en su pueblo, y los espías son fundamentales en ese formato”.
“No nos sorprende lo que ha pasado con Rocha, yo no lo conocí personalmente, pero sí lo vi en alguna actividad del exilio cubano. Él se hacía pasar como alguien de la derecha, se disfrazaba muy bien y en 40 años no lo habían descubierto”, sumó.
No obstante, tanto Gutiérrez-Boronat como Sánchez desestiman que Rocha hubiera realizado alguna acción tendiente a “penetrar” las bases del exilio cubano, en su lucha por el retorno de la democracia en la isla.
“Hace años estuvo en una conferencia sobre Cuba en la Universidad de Miami, según recuerdo en estos momentos”, dijo el coordinador de la ARC, para quien “se hace más que patente lo que el exilio cubano siempre ha dicho: el régimen castrocomunista es una amenaza permanente para los EEUU”.
Por su parte, el exprisionero político cubano Jorge Luis García Pérez ‘Antúnez’ declaró que “es muy vergonzoso que un agente al servicio de inteligencia del castrismo haya podido operar cuatro décadas en el país más poderoso del mundo”.
Luis Zúñiga, también exprisionero político cubano, manifestó que “esto le enseña a la Casa Blanca el porqué de las políticas erróneas hacia Cuba”, con “espías infiltrados en el Departamento de Estado y en otras instancias gubernamentales”.
Asimismo, la activista cubana Rosa María Payá opinó que “uno solo puede preguntarse cuántos más [espías] permanecen activos, influyendo en la política de Estados Unidos hacia la isla en contra de los mejores intereses de Estados Unidos”.
Las investigaciones
Según las pesquisas, Rocha, estadounidense de 73 años nacido en Colombia, “apoyó en secreto a la República de Cuba y su misión clandestina de recopilación de información de inteligencia contra Estados Unidos”. Esto supuestamente venía haciéndolo desde 1981 hasta tiempos actuales.
Los documentos oficiales muestran que el exdiplomático obtuvo un empleo en el Departamento de Estado estadounidense entre 1981 y 2002 y que accedió a “puestos que le proporcionaron acceso a información no pública, incluida información clasificada, y la capacidad de influir en la política exterior estadounidense”.
Más tarde, Rocha se desempeñó como asesor del Comando Sur de Estados Unidos, una fuerza que tiene alguna responsabilidad sobre asuntos relacionados con Cuba. Entre 1999 y mediados de 2002 fue embajador estadounidense en Bolivia.
En el marco de las investigaciones, Rocha habría admitido trabajar para Cuba por 40 años. Así presuntamente lo confirmó durante varias reuniones mantenidas en 2022 y 2023 con un agente encubierto del FBI que se hacía pasar por un representante de la Dirección General de Inteligencia de Cuba.
En esos encuentros, el exdiplomático supuestamente le dijo al agente especial del FBI, que se presentó como ‘Miguel’, que EEUU era “el enemigo”, llamó a Fidel Castro el “comandante” y se refirió a sus contactos en la inteligencia cubana como sus “compañeros”.
Las acusaciones de la Fiscalía en contra de Rocha lo señalan de conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero sin notificación previa a las autoridades estadounidenses, de actuar como agente de un gobierno extranjero sin aviso previo a los responsables del Ministerio Público y de usar un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa.
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