“Carentes de toda justificación real y lógica”. Así de fulminante. Así de definitiva. Así de drástica es la acusación de la Fiscalía anticorrupción de España en contra del exembajador de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela, Raúl Morodo, por sus tratos turbios con el régimen chavista para gestionar negocios de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
El diplomático, su hijo Alejo y y dos socios suyos de nacionalidad venezolana residenciados en España se apropiaron presuntamente de más de 35 millones de euros de la estatal petrolera, a través de cuentas bancarias en Suiza y Panamá, afirma El Mundo.
La ruleta de dinero disparó las alarmas cuando Alejo Morodo intentó transferir a España otros 1.3 millones de euros desde Suiza, pero la entidad bancaria bloqueó la operación al considerar «no justificado suficientemente el origen legal de los fondos».
La alerta enviada por el banco a las autoridades españolas provocó el inicio de una investigación por parte de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), que ha descubierto el uso de “testaferros para evitar problemas de incompatibilidad con su cargo”, por parte del diplomático desde 2006.
Escándalo y engaños
El escándalo salpica al expresidente socialista del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien siempre mantiene en su boca al chavismo, lo defiende y clama en cualquier tribuna internacional su reconocimiento.
La policía señala que su exembajador fraguó relaciones mercantiles con PDVSA “cuando todavía era el representante español en Venezuela con Zapatero”.
Y todo comenzó cuando el “abogado de asuntos internacionales” —así se declara el hijo del ex embajador— ingresó fondos en una cuenta en Suiza asegurando que eran fruto de una «herencia familiar» de sus abuelos terratenientes con plusvalías.
Así consta en el formulario que firmó en Ginebra en 2008 para abrir la cuenta del Credit Suisse 0251-1435769-6, que gestionaba a través de la sociedad ‘offshore’ panameña Furnival Barristers Corp.
La realidad era otra. La totalidad del dinero que Alejo Morodo abonó en esta cuenta procedía de las comisiones que cobraba de la petrolera estatal PDVSA y ahora la Agencia Tributaria intenta determinar cuánto dinero cobró través de su cuenta en Suiza: en 2010 recibió 805.250 euros, en 2013 un total de 1.318.680 y al año siguiente 599.400.
Negocio para Portugal
Los atractivos y abultados montos Alejo Morado los pactó en persona y sin intermediarios asegura el medio español. Para lograrlos tejió una trama.
Los informes de la UDEF y la Agencia Tributaria entregados al juez de la Audiencia Nacional de Madrid, Santiago Pedraz, señalan que las relaciones personales entabladas por su padre con Rafael Ramírez y Asdrúbal Chávez facilitaron el acuerdo de 4,4 millones de euros en comisiones por mediar en la venta de varios millones de barriles de petróleo de PDVSA a Portugal.
Alcanzado el objetivo, creó en Panamá su sociedad offshore Furnival Barrister Corp para empezar a cobrar. La primera transferencia de 400.000 euros salió para a la cuenta de su padre quien además de ser diplomático en Venezuela entre 2004 y 2007 también había tenido este mismo cargo en Portugal entre 1995-1999.
A la cuenta del socialista António Vitorino, exministro de defensa de Portugal que hoy dirige a la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas llegaron 325.000 por el negocio y en la cuenta de su suegro, Manuel Dias Loureiro, miembro del Partido Socialdemócrata de Portugal también se hizo efectiva una porción de los fondos cuyo grueso -2,6 millones de euros- Morado los recibió a través de su sociedad Aequitas Abogados, ubicada en su domicilio familiar de la calle Eduardo Dato de Madrid.
Un correo sin fundamento
Hasta ahora, Alejo Morodo sólo cuenta con un correo electrónico para acreditar los servicios de «asesoría» por los que facturaba 739 euros en una hora de trabajo con la estatal venezolana, un monto equivalente a 200 veces el sueldo mínimo mensual en el país suramericano.
En el documento digital, titulado «nota confidencial» expuso algunas de sus gestiones, entre ellas, la “venta activos de Ruhr Oil”, “estudio compra participaciones Repsol”, “construcción buques PDVSA Marina en Portugal, “PDV Europa: gestión corriente y desarrollo de la oficina de Lisboa”.
Sin embargo, Alejo Morodo no mencionó en su email que participó en el acuerdo negociado para que Chávez comprara patrulleras a la empresa pública Navantia y al astillero gallego Rodman en 2005, la misma época en que Elena Espinosa se desempeñaba ministra de ambiente de Zapatero y seguía vinculada a la firma Rodman como tesorera de una sociedad offshore en Panamá, Rodman Polyships International SA.
Pero ese correo y recortes de prensa sobre los acuerdos firmados por Hugo Chávez y el primer ministro portugués José Sócrates para construir varios parques eólicos y un gasoducto en Venezuela y comprar cuatro millones de barriles anuales de petróleo a PDVSA son sus únicos soportes presentados ante la Inspección de la Agencia Tributaria para defenderse.
Dudas y silencios
La UDEF duda de sus evidencias y en su informe recuerda que «la empresa de petróleos estatal venezolana PDVSA está vinculada a diferentes actividades criminales como tráfico de drogas, blanqueo de capitales y delitos relacionados con la corrupción, con lo que hace plausible la hipótesis de que a través de la operativa analizada se estuvieran blanqueando fondos de origen dudoso».
Zapatero se desliga. El integrante del Grupo de Puebla, un foro que aglutina a líderes socialistas, comunistas y castrochavistas iberoamericanos y sirve de sucursal del activismo social del Foro de Sao Paulo donde están Alberto Fernández, Evo Morales, Luiz Inácio Lula da Silva, Ernesto Samper, Irene Montero y José Mujica niega los vínculos. Reduce a Morodo a un “embajador más” con quien no tenía contacto y pide “nitidez” en la averiguación. La de él no hay duda de que está turbia hace tiempo.
Fuente: PanamPost