Gustavo Petro no asumirá la presidencia de Colombia sino hasta el próximo 7 de agosto. Sin embargo, eso no le impide ir moviendo piezas dentro del tablero político en torno a uno de los temas más álgidos en el espectro internacional: la relación con Venezuela. De hecho, hace pocos días trascendieron las intenciones que tienen congresistas electos de Pacto Histórico de conversar con la Asamblea chavista, si la Cancillería otorga el permiso para una probable reunión.
Es un tema delicado por el peligro geopolítico que significa restablecer las relaciones con un régimen autoritario y promotor —según denuncias de distintas organizaciones— de economías ilícitas en la frontera, así como protector de los grupos terroristas como el ELN y las FARC. No es casualidad que Iván Márquez, jefe del grupo «disidente» la Segunda Marquetalia esté por estos días en un centro médico en Caracas, luego de un supuesto «atentado dirigido desde los cuarteles del Ejército y los comandos de Policía» de Colombia.