CARLOS SÁNCHEZ BERZAÍN,
Las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de octubre en territorio de Israel son un ataque contra la humanidad. El respaldo, la seudo neutralidad o cualquier coartada que pretenda justificarlos es complicidad y apología de crímenes de lesa humanidad. Parte del terrorismo, las dictaduras del socialismo del siglo XXI o castrochavismo, Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, secundadas por gobiernos para-dictatoriales, repiten la falacia de achacar sus crímenes a las víctimas.
Hamás es una organización declarada “terrorista” por Estados Unidos, la Unión Europea, Israel, Japón, Canadá, Australia, la Secretaria General de la Organización de Estados Americanos, Egipto, Paraguay, Costa Rica. Antes del 7 de octubre, “organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han acusado a Hamás de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad hacia poblaciones tanto israelíes como palestinas, así como torturas, asesinatos y secuestros contra la población palestina”. Después del 7 de octubre la prueba es plena.
Crimen de lesa humanidad o crimen contra la humanidad se define como “cualquiera de las atrocidades y delitos de carácter inhumano que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, cometido para aplicar las políticas de un Estado o una organización”.
Cuando Hugo Chávez llega a la presidencia de Venezuela en 1999, rescata a la dictadura de Cuba y pone en marcha el movimiento populista bolivariano ahora llamado socialismo del siglo XXI o castrochavismo, que ha expandido el sistema criminal de la dictadura cubana en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador bajo el régimen de Correa. Los “gobiernos para-dictatoriales” son los que el catrochavismo instala y sostiene en países con democracia, hoy los de Fernández/Kirchner en Argentina, López Obrador en México, Petro en Colombia, Boric en Chile y Lula da Silva en Brasil.
Las dictaduras del socialismo del siglo XXI detentan el poder en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua ejerciendo “terrorismo de Estado”, probado con la persecución política judicializada, centenas de presos políticos, la suma de millones de exiliados, tortura, crímenes de lesa humanidad. En el ámbito internacional, con discurso antiimperialista, respaldan y se integran con las dictaduras de China, Rusia, Corea del Norte, Irán…
La dictadura de Cuba es en sí misma una organización terrorista que en los casi 65 años de su vigencia ha agredido con violencia armada directa e indirecta en todo el mundo. Desde la tricontinental a la invasión de Rusia a Ucrania, la dictadura de Cuba participa en acciones de violencia criminal que han incluido su intervención en la guerra del Yom Kippur contra Israel y la protección de terroristas.
La posición de la dictadura de Cuba respecto al ataque de Hamás contra la humanidad del 7 de octubre se ha expresado en un comunicado que justifica los crímenes como «consecuencia de 75 años de permanente violación de los derechos inalienables del pueblo palestino y de la política agresiva y expansionista de Israel». Esta posición es la línea para las dictaduras satélites y gobiernos para-dictatoriales que con pretextos y coartadas han respaldado las atrocidades criminales terroristas.
El dictador Nicolás Maduro desde Venezuela justificó “los ataques terroristas contra Israel y pidió que se restablezcan los derechos de Palestina”. Desde Nicaragua en un comunicado, titulado “Basta ya de víctimas y dolor”, la dictadura de Ortega se declaró “siempre solidaria con la causa palestina”. En Bolivia el dictador en jefe Evo Morales apoyó “el ataque terrorista” mientras el régimen de Arce emitió un comunicado en el que expresa su “profunda preocupación ante los eventos ocurridos en la franja de Gaza entre Israel y Palestina” dando calidad de confrontación al ataque criminal.
Los gobiernos para-dictatoriales: López Obrador desde México declaró “Nosotros no queremos tomar partido, queremos ser factor para la búsqueda de una solución pacífica”, ofendiendo el entendimiento de la gente porque “no tomar partido” frente a crímenes contra la humanidad es ser parte de ellos; Gustavo Petro “en una serie de publicaciones en redes sociales ha comparado los recientes ataques de Israel en Gaza con campos de concentración del régimen nazi de Hitler”, cometiendo más crímenes desde la presidencia de Colombia; Boric desde Chile “condena por igual los ataques de Hamás e Israel” ignorando deliberadamente que fue Hamás quien perpetró el ataque; Argentina tiene 7 ciudadanos muertos y 15 desaparecidos en el ataque y en este caso se ha separado declarando que “el gobierno argentino condena las acciones terroristas de Hamás contra el territorio israelí”.
En todas la acciones de terrorismo de estado e internacional que cometen, las dictaduras castrochavistas achacan sus actos criminales a las víctimas y en el caso del ataque de Hamás contra la humanidad solo están repitiendo esta narrativa porque son parte del sistema que el terrorismo internacional.
Carlos Sánchez Berzain*