“La incertidumbre no ha pasado y hay temor a posibles abusos del MAS utilizando a la justicia”, dijo a The Associated Press el politólogo Carlos Cordero. “Lo primero que debe hacer Arce es despejar esos temores y apaciguar”.
“El cabildo es una lección para los masistas: Arce ha ganado, pero no podrá gobernar desde el abuso. A la vez, los organizadores del cabildo deben recordar que la misión no es cuestionar la democracia sino frenar los abusos”, publicó el martes la presidenta interina Jeanine Áñez en su cuenta de Twitter.
Los legisladores salientes del MAS han recomendado el enjuiciamiento de Áñez por las muertes ocurridas durante las protestas de hace un año. Los nuevos legisladores asumirán el martes.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la organización internacional Human Rights Watch, entre otros, han denunciado a Morales y a Añez por usar a la justicia para perseguir a los opositores.
En tanto en Cochabamba, en el centro del país, los opositores mantienen una vigilia en las puertas de un cuartel policial que se amotinó el año pasado contra Morales para reclamar el apoyo de los uniformados. Ambas ciudades reclaman una auditoría de las elecciones que Arce ganó por el 55% de los votos.
“Los bolivianos buscan vivir en paz y las movilizaciones sólo retrasan la reactivación económica”, dijo Arce, quien atribuyó las protestas a “grupos minúsculos».
A la polarización política y los efectos económicos de la pandemia del nuevo coronavirus -que ha dejado hasta ahora 141.867 contagiados y 8.741 fallecidos- se suma el rechazo que generó la decisión de la justicia de levantar las órdenes de detención que pesaban contra Morales y varios de sus ex colaboradores por presunta sedición y fraude electoral.
Morales -exiliado en Argentina- anunció su regreso al país el martes 9, un día después de la asunción de Arce, en una caravana que lo llevará hasta su feudo en la región cocalera del Chapare, en el centro del país. Muchos analistas temen que su presencia eleve la tensión política.
En tanto en las ciudades de La Paz y su vecina El Alto, reductos del MAS, la situación se mantiene en calma.
Fuente: Diario las Américas