SONIA SCHOTT,
La absolución de los estadounidenses detenidos, injustamente en una prisión rusa, proporcionó a la administración de Joe Biden un empujón diplomático inesperado en medio de todo el caos ocasionado por el asesinato de tres de los dos líderes de Hamás y un comandante del grupo terrorista Hezbollah, perpetrado por Israel.
Es demasiado pronto para saber si la liberación del periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich y de los otros estadounidenses, representará una ganancia política duradera para la campaña presidencial de Kamala Harris.
El canje de prisioneros fue solo posible después de intensas negociaciones durante varios meses y de reuniones extraoficiales entre los jefes de inteligencia de Estados Unidos y Rusia. Además de las intervenciones personales de Biden y sus principales funcionarios de seguridad nacional.
Aunque las esperanzas de reelección de Biden se estaban evaporando rápidamente, una de las razones por las que se negó a dimitir es porque quería seguir al frente del intercambio de prisioneros, que involucró entre otros al periodista estadounidense y al ex-marino Paul Whelan, también encarcelado como Gershkovich por cargos de espionaje.
Harris, como vicepresidenta de Biden, estaba al tanto de las negociaciones secretas con los rusos, pero incluso si no hubiera estado a cargo directamente de las conversaciones, igualmente podría capitalizar de los resultados que involucraron a varios países de Europa, en particular Alemania.
La función de Alemania fue crucial debido a la insistencia de Moscú de que cualquier compromiso debía incluir la liberación de un asesino ruso convicto recluido en una prisión alemana, por lo que Biden tuvo que insistir directamente con el canciller alemán, Olaf Scholz, ante la renuencia inicial de Berlín para liberar al prisionero ruso.
A Kamala Harris le quedan exactamente tres meses para convencer a los votantes de que podrá dirigir un gobierno capaz de concretar avances diplomáticos similares, aunque en otras áreas de política exterior. La administración Biden ha tenido dificultades para lograr el éxito en particular en el Oriente Medio, donde la guerra en Gaza lleva ya diez meses y con la amenaza en ciernes de un conflicto extendido que involucre a Hezbolá en el Líbano e Irán.
El reciente asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, durante una visita a Teherán podría desembocar en un peligroso período de confrontación entre Irán e Israel, lo que plantearía potencialmente el mayor desafío de política internacional para Biden desde que asumió el cargo en enero de 2021.
En este contexto, la capacidad de Harris para lidiar con tales crisis, si ganara las elecciones de noviembre, seguramente será aprovechada por la campaña de Donald Trump, ya que las encuestas muestran que los dos rivales por la Casa Blanca están empatados en estados clave.
Sin embargo, la mayor parte de la atención, la semana pasada se centró en el cuestionamiento de Trump sobre sí Harris era de raza “negra o hindú” tomando en cuenta que, si bien la demócrata nació en California, su madre es de la India y su padre de Jamaica.
Inevitablemente, un comentario de este tipo plantea cuestiones racistas y misóginas que no caen bien entre el voto femenino del país, ya sea demócrata o republicano, pudiendo convertirse en un factor importante a medida que se acercan las elecciones.
Estos comentarios parecen demostrar que la campaña del republicano simplemente no estaba preparada ante la posibilidad de que Biden dimitiera dejando el camino libre a Harris; el apuntar a su género y orígenes recuerda los ataques de Trump a Barack Obama, cuando planteó dudas similares.
Para los votantes sería mucho más útil que los dos rivales concentren sus esfuerzos en debatir sobre sus programas de gobierno en lugar de recurrir a descalificaciones personales.
Los múltiples acontecimientos en el Oriente Medio y el acuerdo que hizo posible la libertad de los prisioneros entre Estados Unidos y Rusia, proporcionaron un modelo para demostrar las habilidades diplomáticas de la actual Casa Blanca..
¿Cómo habría gestionado Trump las crisis y cómo la hará Harris, si gana en noviembre?
Éstas y otras preguntas en temas clave como la inmigración, la economía y el empleo seguramente interesarán más a los votantes si se produce ese debate entre ambos candidatos, que por ahora parece incierto.