No es un secreto que el gran ganador de las elecciones en Guatemala fue el voto nulo. De la poca cantidad de electores que se acercaron a las urnas, 17,39 % votó de esa manera. Luego aparecen en el balance final los porcentajes que tuvieron los distintos candidatos. Sandra Torres, del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), obtuvo 15,78 %; seguida de Bernardo Arévalo, por el Movimiento Semilla, con 11,8 %, de acuerdo con los resultados actualizados difundidos por el Tribunal Supremo Electoral de ese país.
Sin embargo, más allá de los nombres de los aspirantes que siguen en la contienda y de los turbios expedientes de ambos —quienes irán a balotaje el 20 de agosto— hay temas que también toman relevancia de cara a la elección del próximo presidente de Guatemala. Por ejemplo, qué papel va a jugar Guatemala en una región donde no suele ser protagonista de grandes eventos, pero sí forma parte del reconocido Triángulo Norte centroamericano y, por ende, todo el rompecabezas que conforma a América Latina. Sobre todo considerando que el izquierdismo ha logrado retornar a la presidencia en varias naciones en los últimos años como Brasil, Chile y Colombia. Entonces surge la advertencia en cuanto al camino que tomará Guatemala.
Y es que ambos candidatos simpatizan con el socialismo. En el caso de Torres, es su tercera candidatura a la presidencia, y si gana “será una victoria para la red de izquierdistas radicales del Foro de Sao Paulo en América Latina”, asegura el Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS, por sus siglas en inglés). Si eso pasa, habría que prepararse para las consecuencias en la seguridad nacional estadounidense, así como el amiguismo que podría surgir con el comunismo de Xi Jinping en China.
Consecuencias sobre la frontera
Para entender la relación entre la situación de Guatemala y la frontera sur de Estados Unidos, primero hay que volver a las elecciones del 25 de junio. Ese día solo votó 59,9 % de los 9,3 millones de electores convocados a la urnas. Es decir, al 40 % restante, poco o nada le interesó participar. Y tal como reflejó el órgano electoral, la mayoría de quienes se acercaron a los centros prefirieron votar nulo, esa cifra cuadruplicó la cantidad de sufragios nulos de 2019. Es decir, se trata se una sociedad desinteresada por la política y eso decanta en otras consecuencias.
Para el SFS, la fotografía que dejaron las elecciones muestra “condiciones políticas propicias para la inestabilidad social”. De manera que si Guatemala se vuelve inestable, “aumentará la migración masiva hacia la frontera sur de Estados Unidos”. En otras palabras, sería como el derrumbe de un castillo de naipes en un país que de por sí, es desde hace años zona de tránsito para migrantes de diferentes nacionalidades que esperan cruzar irregularmente a EE. UU. El balance de las autoridades fronterizas estadunidenses muestra que los guatemaltecos son además uno de los grupos más grandes que logran llegar a ese país junto con mexicanos y cubanos. Es otro tema que deberá atender la vicepresidente Kamala Harris, “zar de frontera”, en medio de pocos logros y muchos problemas durante todo 2021 y 2022.
Amiguismo con China
El calendario marcaba el 26 de marzo de este año cuando la presidente socialista de Honduras, Xiomara Castro, se arrodillaba ante China rompiendo relaciones con Taiwán. Al inicio de su gobierno decía que las relaciones diplomáticas con el régimen de Xi Jinping no eran prioridad, pero ella misma se encargó de derribar esa afirmación. Luego de 82 años, el país centroamericano se unía al grupo de naciones que dan la espalda al territorio taiwanés, que Pekín considera una “provincia rebelde” y amenaza con invadir.
¿Qué relación tiene Guatemala con todo esto? Que tras la toma de posesión del próximo presidente se exacerben las preocupaciones respecto a Taiwán. Torres —al igual que Castro— ha dicho que apoyaría a la isla. No obstante, “lo más probable es que su política exterior se alinee con Pekín porque seguiría la tendencia izquierdista regional de restablecer relaciones con el régimen venezolano de Nicolás Maduro, acercarse a Cuba y establecer relaciones positivas con la exprimera dama convertida en presidente, Xiomara Castro”, razona el observatorio.
En este escenario, se reduciría a 12 el número de países que reconocen la independencia de Taiwán. Es decir, con el balotaje del 20 de agosto no solo se sabrá quien será el sucesor del presidente Alejandro Giammattei, sino que se definirá además el papel geopolítico de Guatemala durante los próximos cuatro años.