Las demandas de Donald Trump por fraude en las elecciones siguen vivas. Este miércoles, una juez de Pensilvania ordenó a los funcionarios estatales que no certifiquen los resultados hasta que su tribunal celebre una audiencia el viernes.
De acuerdo con información publicada por The Epoch Times, la juez Patricia McCullough ordenó al estado que no tome más medidas para completar la certificación de la carrera presidencial, la cual se hizo efectiva este martes.
“En la medida en que quede alguna acción adicional para perfeccionar la certificación de los resultados de las elecciones generales de 2020 para los cargos de presidente y vicepresidente de los Estados Unidos de América, se prohíbe preliminarmente que lo hagan, en espera de una audiencia probatoria que se llevará a cabo el viernes”, indica la orden del juzgado.
Demandas paralelas
McCullough lleva en su despacho una demanda presentada por legisladores y candidatos republicanos contra la Commonwealth de Pensilvania, el gobernador demócrata Tom Wolf, la secretaria de Estado Kathy Boockvar –también demócrata– y la Asamblea General de Pensilvania.
La secretaria de Estado certificó este miércoles la victoria del demócrata Joe Biden por una diferencia de 80 555 votos, la cual anunció el gobernador en su cuenta en Twitter.
Esta demanda alega que el estatuto del voto por correo de Pensilvania, la ley 77, viola la Constitución del estado. Este caso es independiente de la demanda federal de la campaña del presidente Donald Trump, que busca anular la certificación en Pensilvania, agrega Newsmax.
Trump llama a «voltear» la elección
Donald Trump no se rinde. A pesar de haber autorizado iniciar los protocolos para la transición, el líder republicano llamó este miércoles a sus simpatizantes reunidos en la legislatura estatal de Pensilvania a “voltear” la elección.
En medio de una audiencia de la legislatura, el presidente Trump hizo una llamada telefónica para animar a sus seguidores a dar un paso importante en el proceso electoral que aún no ha terminado, así lo reseñó el Washington Examiner.
“Esta fue una elección que ganamos fácilmente, ganamos por mucho. Esta elección tiene que voltearse porque ganamos Pensilvania por mucho, así como ganamos por muchos todos esos estados indecisos”.
La elección definitiva
La certificación es un proceso previo a la designación de los electores estatales al Colegio Electoral. Son estos representantes de los 50 estados quienes realmente eligen al presidente en la votación que se llevará a cabo el 14 de diciembre.
Si los funcionarios electorales no pueden certificar a tiempo los resultados, por algún retraso, las legislaturas estatales —algunas en poder de los republicanos— podrían intervenir y hacer los nombramientos correspondientes.
Trump lo apuesta ahora todo en dos campos de batalla: las certificaciones estatales y la Corte Suprema de Justicia. Aunque por tradición, los electores estatales han dado su voto a lo largo de la historia al candidato que gana el voto popular, esto no es vinculante.
Los electores estatales o las legislaturas —estas últimas en caso de que no se logre certificar a tiempo la elección y designar a los electores— podrían votar por Trump a pesar de que la proyección del voto electoral sea favorable a Biden. Es un escenario que no tiene precedente pero es totalmente legal y posible. Este año toma fuerza dada las denuncias de fraude y las dudas que se han sembrado sobre la transparencia de los resultados.
La balanza en la Corte Suprema
El republicano también apuesta a la última instancia judicial, a fin de cuentas la que tiene la última palabra: la Corte Suprema. En el máximo tribunal del país –en teoría– Trump tiene la balanza a su favor. De los nueve jueces de la Corte Suprema seis son de ideología conservadora o afín al Partido Republicano.
Adicionalmente, tres de estos jueces fueron nominados por Donald Trump. A la reciente designación de Amy Coney Barrett, confirmada por el Senado una semana antes de las elecciones, se suman Brett Kavanaugh y Neil Gorsuch.
Fuente: PanamPost