lunes, noviembre 18, 2024
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Biden, sin resultados, usa el aborto como bastón

WASHINGTON- A tres semanas de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, el presidente Joe Biden -sin resultados económicos ni políticos- prometió este martes que el primer proyecto de ley que promulgará si los demócratas mantienen el control del Congreso consagrará el derecho al aborto.

Y hasta el propio Biden sabe que eso no es posible bajo el dictamen de la Corte Suprema, a no ser que decida gobernar por encima de la ley.

Los demócratas se saben contra la pared y ninguna de sus campañas contra el expresidente Trump y sus seguidores ha tenido el impacto que esperaban; incluso, los propios votantes demócratas están hartos de la demagogia de izquierda y de extrema izquierda. Tampoco el show del ilegítimo juicio al estilo de hollywood sobre los sucesos del Capitolio el 6 de enero.

Biden firmó su sentencia política semanas atrás cuando con tono despectivo y arrogante atacó a los seguidores Trump y conservadores, los tildó de «extremistas peligrosos para la democracia de Estados Unidos». Horas después quiso recomponer sus declaraciones dio cierta marcha atrás, pero ya era demasiado tarde.

Los últimos tropiezos de Biden

Los tres últimos grandes fiascos de la Casa Blanca fueron el allanamiento aprobado al Buró Federal de Investigaciones (FBI) en la residencia del expresidente Donald Trump. En segundo lugar, la bofetada de Arabia Saudita junto a Rusia en la reducción de las producciones diarias de crudo en el mercado internacional de petróleo para apuntalar los precios de los combustibles. Y la tercera, la gran resistencia de la inflación a las medidas agresivas -de última hora- de la Reserva Federal, que auguran un aumento de la recesión económica y un freno al consumo y las inversiones en EEUU, el 70% del motor que impulsa la economía.

Se espera que el 3 de noviembre, el Banco Central suba una vez más las tasas de interés, incluso en un 1% ante la baja efectividad de las últimas tres subidas consecutivas de 0.75%, una de 0.50% y la primera de 0.25%. Desde 0 y 0.25%, la tasa referencial federal ascendió a 3.0% y 3.25%. Y se habla de un 4.50% antes de que termine el 2022.

Las recientes encuestas dan cuenta de lo anterior. El 80% de los electores rechaza la gestión de la administración Biden, el peor resultado para un presidente en sus primeros dos años de mandato, cuando por lo general siempre reciben «cierta complacencia» de los electores.

La mayor parte de los índices económicos se encuentran en rojo y en cifras récord con dos trimestres de caída del Producto Interno Bruto que avalan lo anterior.

La Casa Blanca multiplica los discursos, como el de este martes en Washington, en un intento por contradecir los pronósticos para los comicios del 8 de noviembre y sobre todo explorar las actuales posibilidades de utilizar las irregularidades del sistema electoral detectadas en los comicios presidenciales del 2020.

Biden y los demócratas han negado hasta la recesión económica en el país, al igual que la escalada de precios durante año y medio que ha asfixiado las finanzas de las familias estadounidenses y condujo a la peor inflación en cinco décadas (9,1% en junio y 8,2% ahora).

Este año los demócratas se enfrentan a un tsunami de descontento debido a la impopularidad del presidente y su plataforma alejada de la realidad y los problemas nacionales para centrarse en premisas a largo plazo del medio ambiente.

La apremiante situación económica -agudizada por Biden- cuando el país se recuperaba de forma increíble desde mediados del 2020 por las medidas del gobierno Trump. Además del foco internacional como prometió en su campaña y las guerras culturales en torno a la enseñanza, los problemas de género y el aborto, Biden se puso la soga en su cuello con una agenda de extrema izquierda contra los valores conservadores de la nación y los motores de desarrollo económico en EEUU.

Es en el aborto donde Biden ve un potencial cambio de juego, después de que la Corte Suprema anulara en junio el fallo histórico Roe vs. Wade que hace medio siglo consagró el acceso al aborto en todo el país.

El actual mandatario ha dicho que aunque los republicanos ganen vetará cualquier intento de prohibir el aborto a nivel nacional. «Lo vetaré», avisó.

Y si los demócratas mantienen la mayoría en la Cámara baja, se redactará una ley nacional de derecho al aborto, que anule el fallo de la Corte Suprema, algo que suena bastante hueco y demagógico.

La Casa Blanca no quiso decir cómo concibe Biden los detalles de la ley y si apoyaría algún tipo de restricciones al aborto.

«Debe ser algo que se decida entre una mujer y su médico, su familia, no los políticos», dijo la secretaria de prensa de Biden, Karine Jean-Pierre, quien no haya qué decir ya en sus conferencias diarias, ni cómo justificar los constantes errores y las crisis causadas por la Casa Blanca.

Ímpetu sí, ¿pero votos?

El tema moviliza, pero ¿hará cambiar el voto en tres semanas?

Funcionarios demócratas, incluido Biden, han sugerido la posibilidad de un levantamiento electoral liderado por mujeres.

«Tengo la esperanza y la firme convicción de que las mujeres, de hecho, acudirán en cifras récord para reclamar los derechos».

Al parecer, Biden se ha quedado en los círculos extremistas que le rodean y no toma en cuenta las millones de madres y mujeres solteras que no llegan ni a mitad de mes en sus gastos básicos, olvida además cientos de miles de madres que durante varios meses temblaron porque no encontraban en los anaqueles de los mercados ni las fórmulas para sus bebés.

Temas como estos son mucho más definitorios e importantes en la vida cotidiana que un debate sobre el aborto. Pero los asesores de la Casa Blanca no encuentran ningún beneficio o resultado que haga cambiar la realidad que sufre la gran mayoría de los norteamericanos desde el primer día de los demócratas en la Oficina Oval.

Las encuestas muestran sistemáticamente que una parte de los estadounidenses cree que el aborto debería estar permitido. Aunque la mayoría también piensa que debería haber algunas restricciones, según Gallup.

Sin embargo, la mala noticia para los demócratas es que las encuestas muestran que el aborto está muy abajo en la lista de preocupaciones de los votantes.

Una encuesta del New York Times/Siena, un diario fiel a los preceptos de la izquierda, señala esta semana que el 26% de los posibles votantes considera que lo más importante es la economía y el 18%, la inflación, que bate récords en cuatro décadas. El aborto obtuvo un 5%.

En otras encuestas las cifras de desaprobación y descontento sobre la economía y el destino del país superan el 70%

Además, la encuesta muestra un cambio sorprendente en la intención de voto de las mujeres independientes. Ahora la mayoría apoya a los republicanos.

En resumen, quizás el aborto le sirva a Biden y a la extrema izquierda como bastón para sostenerse en pie, pero [no para caminar y menos para correr]. El camino de asfalto trillado por Trump, lo conviertiron en un terraplen pedregoso y repleto de profundos hoyos. Y ni la corta memoria en política parace beneficiar al bando azul.

El calvario económico, la enorme división acrecentada en el país lejos de reducirla como promesa; las imposiciones de vacunas de Biden y sus regulaciones al petróleo estadounidense al estido dictadura latinoamericana; el caos y los daños para la seguridad nacional en la frontera sur, junto al deroche de dinero en la guerra de Ucrania y para entidades y organizaciones climáticas extranjeras, permancen como problemas muy vivos en el sufrimiento de la gran mayoría de los estadounidenses.

Todo lo demás queda como los [grandes cuentos de las cadenas de televisión y medios de izquierda] para disfrazar la realidad y tapar los descalabros de Biden y sus vacíos de actividad mental frente al público o la propia prensa, alineada en su mayoría como vocera de la Casa Blanca.

Fuente: Diario Las Américas

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