WASHINGTON — Mientras la frontera sur de Estados Unidos registra un incremento sin precedentes en el número de llegadas migrantes, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, le ha dicho al Congreso que el “fracturado” sistema de migración del país requiere de una actualización en todos los aspectos.
El Congreso busca a toda prisa concretar un acuerdo en las próximas semanas que garantice la protección fronteriza, restrinja los procesos de asilo y los permisos condicionales humanitarios con el que la administtración Biden ha permitido el ingreso de miles de migrantes, mientras más de 11 millones de inmigrantes indocumentados tienen años de vivir en la sombra.
Más de 8 millones de encuentros de migrantes indocumentados reporta la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) desde que Biden llegó a la Casa Blanca en enero de 2021 a la fecha. Más de 10 mil inmigrantes cruzan la frontera diariamente, se trata de récords históricos de encuentros de indocumentados.
Forzado a ir a la mesa de negociaciones por los republicanos que exigen a Biden tomar acciones en la frontera, el gobierno federal analiza este «improbable intento» como un alto precio que pagar a cambio de la solicitud del presidente Joe Biden de recibir a fin de año 106.000 millones de dólares para continuar con los millonarios fondos en ayuda Ucrania, destinar fondos a Israel y para la seguridad nacional.
El dilema se produce en momentos en que Mayorkas, que ha sido el rostro del gobierno en materia migratoria, enfrenta la amenaza de un procedimiento de juicio político por parte de los representantes republicanos debido al fracaso en sus políticas fronterizas.
Garantizar seguridad en EEUU
“No vamos a tratar de dar seguridad a otros países sin darle seguridad al nuestro”, dijo el senador republicano James Lankford luego de presentar ante el Senado la propuesta fronteriza de los republicanos a principios de este mes.
“Llevamos tres años preguntándonos ‘¿Cuándo vamos a asegurar al país? ¿Cuándo vamos a hacer esto?’ Y cada año se ha puesto peor”, cuestionó el legislador.
Un grupo de senadores, republicanos y demócratas, ha estado buscando un acuerdo que brinde fondos para las guerras en el extranjero a cambio de modificaciones al proceso de asilo y de ciertos permisos condicionales «humanitarios», los cuales han sido la herramienta predilecta de la administración de Joe Biden para manejar el gran número de migrantes que se presentan en la frontera, pero que están siendo impugnados ante los tribunales.
En negociaciones a puertas cerradas, los senadores han discutido la posibilidad que los agentes migratorios implementen mayores filtros de investigación a solicitantes de asilo para decidir si una persona puede quedarse en el país para continuar con su caso de asilo.
Y es que la mayoría de los migrantes argumentan ser «perseguidos» políticos para lograr ingresar a los Estados Unidos.
Ampliar la entrevista de miedo creíble
La idea es ampliar el umbral de lo que se conoce como entrevista inicial de miedo creíble para solicitudes de asilo, de una “posibilidad significativa” de éxito ante un juez de inmigración a “lo más probable”, según personas al tanto de las negociaciones y quienes hablaron bajo condición de anonimato a fin de tocar el tema.
Mientras que una enorme mayoría de los solicitantes de asilo pasan la entrevista inicial, la tasa de aprobación final es mucho más baja. Eso ha avivado las quejas de los detractores que afirman que los estándares de revisión son demasiado bajos y permiten que muchos solicitantes de asilo permanezcan en el país durante años mientras sus casos avanzan lentamente por las saturadas cortes y eventualmente son rechazados.
Adicionalmente, los senadores discuten formas para restringir la capacidad de Biden para recurrir a una histórica ley implementada durante el gobierno de Eisenhower, de la cual él y otros mandatarios han dependido para admitir temporalmente en el país a migrantes en virtud de permisos condicionales humanitarios: Desde vietnamitas, camboyanos y laosianos a finales de la década de 1970, hasta iraquíes kurdos que ayudaron a Estados Unidos en la Guerra del Golfo durante la década de 1990, y cubanos que han huido de su país en distintos momentos, según datos del Instituto Cato.
Biden recurrió al programa de permisos condicionales para los ucranianos que huyeron de su país después de que el presidente ruso Vladímir Putin ordenó su invasión en 2022, y también lo ha usado para permitir que afganos, cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses permanezcan temporalmente en el país sin riesgo de ser deportados.
El gobierno y algunos grupos defensores de migrantes arguyen que Mayorkas utiliza las herramientas disponibles para reducir el caos en la frontera mientras el Congreso ha fracasado en su intento de emprender acciones en torno a mejoras integrales en materia migratoria.
Pero los programas de Biden a través de los cuales han ingresado decenas de miles de migrantes, no han logrado la reducción de los accesos ilegales de inmigrantes a Estados Unidos.
Los republicanos que critican las posturas de Biden señalan que la Casa Blanca se está extralimitando con el uso de permisos condicionales «humanitarios» para permitir que cientos de miles de migrantes ingresen a Estados Unidos.
“El verdadero escollo es que el asilo no es suficiente si no avanzamos en lo referente a los permisos condicionales”, dijo el senador republicano Thom Tillis.
Verdaderos cambios para asegurar fronteras
El miércoles, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo a senadores republicanos en privado que necesita verdaderos cambios en la seguridad fronteriza como parte de un paquete más amplio al que aspira Biden para fondos de guerra.
Pero durante una sesión informativa confidencial del Departamento de Defensa sobre la necesidad de brindar asistencia a Ucrania, el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, señaló que le indicó a Johnson y al líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, que la exigencia del Partido Republicano en cuanto a seguridad fronteriza “es ajena a esto, y no debería mencionarse”.
“Les dije; ‘Estamos dispuestos a ceder, pero necesitamos una iniciativa bipartidista en materia fronteriza’”, declaró Schumer. “No pueden llevarlo tan lejos como han intentado hacerlo”, dijo el líder demócrata en el Senado.
El equipo de Biden está desesperado por ver mejores resultados en la frontera debido al incremento de los cruces ilegales en más de 8 millones en menos de 3 años, las cifras más altas de las que se tenga registro.
Mientras Biden busca la reelección el próximo año, es probable que enfrente a Donald Trump, líder en las preferencias por el Partido Republicano que mantiene una dura postura en materia migratoria y quien ha mencionado durante su campaña que iniciará la operación “más grande de deportación” en la historia del país.
¿Acuerdo antes que finalice 2023?
El gobierno de Biden no está involucrado abiertamente en las negociaciones en el Capitolio, pero no ha recomendado a los demócratas no llegar a un acuerdo con los republicanos. Mayorkas ha tenido conversaciones telefónicas con senadores de ambos partidos en los últimos días mientras continúan las pláticas.
Algunos demócratas y grupos activistas han activado la alarma en cuanto a la carrera por concretar un acuerdo antes de que finalice el año.
“Nos preocupan los reportes de cambios perjudiciales en nuestro sistema de asilo que puedan negar protección humanitaria vital a personas vulnerables, incluidos niños”, escribió el senador Alex Padilla en un comunicado firmado por otros 10 de sus colegas, incluido el jefe de bancada Dick Durbin.
Mayorkas ha testificado ante el Congreso que el mundo experimenta una migración global que no se había visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial, incluida una migración sin precedentes en el Hemisferio Occidental.
Mientras que anteriormente eran únicamente hombres adultos los que llegaban desde México a la frontera estadounidense, ahora es una combinación de familias e incluso niños que viajan sin compañía de un adulto, más de la mitad de ellos procedentes de la región del Triángulo Norte de Centroamérica —compuesto por Guatemala, Honduras y El Salvador—, y de otros países más lejanos. Los contrabandistas y traficantes se promueven abiertamente —a menudo mediante falsedades— ante aquellos que buscan huir de sus países de origen.
Empleando las herramientas que tiene a su disposición, Mayorkas ha intentado crear nuevas vías para que los migrantes soliciten ingreso legal con la esperanza de poner fin a las caóticas escenas en la frontera, donde miles de personas entran ilegalmente a diario. Pero esa política ha mostrado ser un fracaso.
La solicitud de fondos de Biden incluye alrededor de 14.000 millones de dólares para contratar a más agentes de la Patrulla Fronteriza y funcionarios de cortes migratorias para ayudar a los estados en donde los alcaldes tienen problemas para brindar los servicios necesarios a la gran cantidad de solicitantes de asilo que son liberados en las comunidades.
Durante audiencias recientes, Mayorkas le dijo al Congreso que el gobierno está llevando a cabo labores para manejar la situación, incluso cuando el Congreso no ha podido actualizar el sistema migratorio luego de varias décadas.
Mientras tanto, miles siguen ingresando a Estados Unidos.