lunes, diciembre 23, 2024
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Biden y el segundo mandato presidencial

Los devastadores efectos económicos de la Gran Depresión, que comenzaron con la caída del mercado de valores de 1929 y empeoraron con el Dust Bowl, o sequías y tormentas severas de polvo en las llanuras del sur de Estados Unidos, sirvieron de marco para que el demócrata Franklin D. Roosevelt se hiciera con la presidencia a través un plan de transformación social conocido como el New Deal.

Pero ¿podemos acaso comparar esa tormenta económica perfecta de ayer, que fue utilizada con éxito por Roosevelt, para predecir una próxima reelección demócrata a la Casa Blanca?

La movida del Departamento del Tesoro autorizando a la compañía Chevron, pionera en el mercado petrolero en Venezuela, con una licencia de seis meses, renovable, para reanudar el bombeo después de años de sanciones dirigidas al gobierno de la nación sudamericana, ¿será acaso una estrategia demócrata, de cara a las presidenciales, para estabilizar los precios del combustible, mientras se realiza la transición a energías limpias?

El presidente Joe Biden ha dicho que desea discutir en familia su posible postulación para un segundo mandato y en principio se espera que tome su decisión tan pronto se inicie el 2023.

Entonces, ¿puede haber alguna duda de que buscará nuevamente la Casa Blanca?

Su edad es solo un factor más entre otros, a menos que hablemos de un deterioro visible de salud o que llegara a considerar que debe pasar el bastón de mando a la próxima generación de líderes, aunque casi todos los presidentes en la historia reciente han optado por un segundo mandato.

En la década de 1960, el presidente Lyndon B Johnson decidió no postularse por otros cuatro años debido a su creciente impopularidad por el impacto negativo de la guerra de Vietnam, aunque ya había servido más de cuatro años cuando sucedió al presidente John F. Kennedy, luego de ser asesinado en 1963.

Otros presidentes solo estuvieron cuatro años, aunque no fuera por decisión propia. Por ejemplo: el presidente Donald Trump, quien perdió ante Biden en 2016, el presidente George H.W. Bush fue derrotado por Bill Clinton en 1992, y el presidente Jimmy Carter sucumbió ante Ronald Reagan en1980.

Si bien es cierto que hay muchas expectativas sobre la candidatura presidencial de Biden en 2024, también hay factores políticos clave a tener en cuenta.

En primer lugar, aunque los demócratas hayan perdido el control de la Cámara de Representantes, el retener el Senado puede dar todavía impulso a la agenda legislativa de Biden.

En segundo lugar, si la invasión de Rusia a Ucrania concluyera en 2023 sería una señal positiva dada la participación de Washington con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) para contener a Vladimir Putin en sus ambiciones geopolíticas.

Eso aumentaría su reputación dentro y fuera del país.

En tercer lugar, la creciente cautela dentro del Partido Republicano para dar pleno respaldo a Trump para las elecciones de 2024 ¿brindará un impulso adicional a las posibilidades de Biden de ganar o un candidato nuevo, mucho más joven pasará a ser el centro de atención?

Si esto sucediera, la edad de Biden se convertiría en un factor importante.

Por ejemplo, una batalla entre Biden, que cumplirá 82 años en 2024, y el gobernador de Florida, Ron De Santis, que cumplirá 46 años, despertaría mucho más interés y un desafío mayor que una repetición de la elección Trump versus Biden.

Si Trump, a pesar de todas las señales en su contra, amedrenta a sus rivales republicanos y gana la nominación en 2024, Biden y su equipo de campaña lo verán como un factor positivo en 2024 porque si elimina la edad de la ecuación, ¿en qué se puede enfocar Biden para enviar el mensaje de que su agenda puede ganar un segundo mandato?

Biden ha repetido muchas veces que le gustaría otra batalla por la Casa Blanca con Trump, pero nadie en estos momentos podría afirmar que el republicano perdería pues, todavía representa una gran fuerza política en el país y no debe ser subestimado, y menos por Biden.

Al final, lo que determinará si Biden se presenta o no será más personal que una decisión política.

En todo caso, si bien la política puede resultar impredecible, un verdadero líder puede hacer buen uso de las circunstancias para cambiar su destino.

Fuente: Diario Las Américas

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