Bali (Indonesia), 13 nov (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, llegan a su primera reunión como jefes de Estado preparados para definir los términos de una rivalidad que ha llevado las relaciones bilaterales a su punto más bajo en décadas.
El cara a cara, previsto para este lunes, se producirá en los márgenes de la cumbre de los líderes del G20 en Bali (Indonesia) y podría durar un «par de horas», incluso más, dijo este domingo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
El objetivo de la Casa Blanca es buscar formas de «gestionar» mejor las diferencias entre las dos potencias; mientras que el propio Xi Jinping dijo en octubre que estaba dispuesto a tener buenas relaciones con Washington, siempre que estuvieran basadas en «el respeto mutuo».
La postura de Biden y Xi Jinping no es nueva. En su primera llamada telefónica como presidentes en febrero de 2021, justo después de que el estadounidense llegara a la Casa Blanca, ambos intentaron encauzar las relaciones bilaterales tras la crispación de la era de Donald Trump (2017-2021).
Sin embargo, la relación entre las dos potencias sigue en mínimos históricos tanto en el plano económico como geopolítico.
Biden ha mantenido los aranceles que impuso Trump a las importaciones chinas y, además, anunció en octubre nuevas restricciones que buscan truncar la capacidad de China para producir microchips muy avanzados, vitales por ejemplo para el campo de la inteligencia artificial.
Comercio, derechos humanos y Taiwán
La Casa Blanca adelantó que las relaciones comerciales formarán parte de la agenda del encuentro, en el que también está previsto que Biden saque el tema de los derechos humanos en China y las tensiones en torno al Mar de la China meridional y Taiwán, aliado de Washington que Pekín considera una provincia rebelde.
Las tensiones en torno a Taiwán se exacerbaron a raíz de un viaje que la presidente de la Cámara baja de EE. UU., la demócrata Nancy Pelosi, hizo en agosto, a lo que Pekín respondió con los mayores ejercicios militares en torno a la isla en décadas, además de sanciones comerciales sobre Taipéi.
Otro de los temas de la reunión será Corea del Norte, que ha aumentando el lanzamiento de misiles y podría estar preparándose para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.
Según explicó la Casa Blanca, Biden quiere hacer ver a Xi Jinping que la actitud de Pionyang representa una «amenaza» para toda Asia y, por eso, está en el interés de China jugar «un papel constructivo» para contener «las peores tendencias» de Corea del Norte, que tiene en Pekín a su mejor aliado regional.
Biden, además, presionará a su homólogo chino para que cambie su posición sobre la guerra en Ucrania.
China ha tenido que hacer contorsionismos con la guerra en Ucrania: ha evitado las críticas a Rusia, al que considera su socio estratégico; pero ha evitado jugar un papel activo porque uno de sus grandes principios en política exterior es el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los Estados.
Sin comunicado oficial
Pese a todo, la reunión no se saldará con un comunicado conjunto, de acuerdo con la Casa Blanca, por lo que no se esperan grandes acuerdos.
Según dijo a EFE Ja-Ian Chong, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Singapur, Xi Jinping y Biden tienen posturas «muy diferentes», por lo que es poco posible que haya avances significativos.
El problema fundamental es que ambas potencias entienden la relación bilateral de una manera totalmente distinta, apuntó a EFE el académico y analista chino Víctor Gao.
«Estados Unidos está pidiendo cooperación a China, pide rivalidad y competición al mismo tiempo. Desde la perspectiva china, si tratas a China como un enemigo, entonces tendrás un enemigo. Si la tratas como un amigo, será tu amigo. No hay más», afirmó Gao, quien en 1985 fue traductor de Richard Nixon en su segunda visita a China.
El encuentro de mañana será el primero en persona entre Biden y Xi Jinping desde que el estadounidense llegara a la Casa Blanca en enero de 2021, aunque ambos han mantenido cinco llamadas telefónicas en los últimos 20 meses.