Ramiro Grau Morancho,
Pedro Castillo Sánchez perpetró un golpe de estado contra la Constitución del 78, al ocupar el Tribunal Constitucional con personas de su cuerda.
Un auténtico golpe de Estado jurídico, del que Feijóo no quiere quejarse a la UE, faltaría más, pues él dice que lidera un partido de estado…
El único problema es que el estado español va a saltar roto a pedazos, este mismo año.
Pero claro, ya se sabe que el PP, partido podrido, es una partida que solo sirve para apodar al PSOE.
Ambos partidos, más bien partidas, son las dos caras de la misma falsa moneda: el NOM y la Agenda 2030.
La Constitución establece un mecanismo para su reforma, con diversas exigencias jurídicas (arts. 166 a 169 de la Carta Magna), que no impiden su reforma, pero sí impiden reformas partidistas, de cualquier aspirante a Maquiavelo, aunque el pobre Maquiavelo era un aprendiz al lado de Pedro Sánchez.
El príncipe que defendía Maquiavelo, era un hombre de Estado, que buscaba el interés superior de la nación, pero este sólo piensa mantenerse en la Moncloa, el máximo tiempo posible, como un corcho flotando en las fétidas aguas del partido sanchista, los podemitas, los partidos separatistas, vascos y catalanes, que le apoyan, amén de algunos aprovechados como el cántabro, el de Teruel Existe, ahora Aragón Existe, etc.
Sánchez ha descubierto la cuadratura del círculo, quiero pensar que alguno de sus asesores legales, pues es un lego en derecho y en economía, poseyendo la doble ignorancia, y ello a pesar de ese doctorado falsificado, del que años hacía gala, hasta que se descubrió que era un bodrio.
La ocupación del Tribunal Constitución, supone un auténtico golpe de estado constitucional, pues ese Tribunal es el legislador negativo, el que puede decir si una ley es constitucional, o no.
Y por esa vía de hecho, se modificará la constitución sin reformarla.
Cuando vea a un amigo, jurista comprometido, y desengañado, que ha rebautizado al Tribunal como Tribunal Prostitucional, tendré que decirle: ¡Qué razón tienes, amigo y compañero!