«La delegación de la Unión Europea, junto con las misiones diplomáticas de los estados miembros de la UE en Bolivia, rechaza categóricamente las acusaciones de haber participado en noviembre de 2019 en una conspiración con el objetivo de preparar un golpe de Estado», indicó la oficina del bloque europeo en La Paz en un comunicado.
Estas declaraciones responden a señalamientos hechos en los últimos días por parte del gobierno del presidente izquierdista Luis Arce -delfín de Morales- y de su partido Movimiento Al Socialismo (MAS) sobre una supuesta asonada contra Morales.
«No somos colonia ni del Vaticano ni de la Unión Europea, ni de nadie, Bolivia es un estado independiente», dijo esta semana en un informe al Parlamento el procurador general, Wilfredo Chávez.
Con ese discurso, el oficialismo impulsa un juicio por la vía penal contra la expresidenta Jeanine Áñez, encarcelada en marzo pasado, varios de sus ministros y exjefes de las Fuerzas Armadas.
También involucra a varios políticos, como los exmandatarios Carlos Mesa (2003-2005) y Jorge Quiroga (2001-2002), de haber organizado un «golpe» en medio de una fuerte convulsión social para promover la salida de Morales -tras 14 años en el poder- y su reemplazo por Áñez.
Los conflictos de octubre y noviembre dejaron unos 35 muertos, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y se originaron cuando opositores de Morales le acusaron de haber hecho fraude electoral para gobernar hasta 2025.
Morales, en el poder desde 2006, renunció y salió exiliado hacia México y luego Argentina.
Fuente: Diario las Américas