La intromisión del régimen iraní en América Latina es un asunto innegable. Aunque cada tanto surgen informes sobre acuerdos, barcos que llegan a puertos de algunos países o la incursión del grupo terrorista Hezbolá en territorios entre Venezuela, Colombia y Panamá, lo cierto es que cada evento no es más que una señal de lo que ocurre en el fondo. Por parte del totalitarismo islámico, el objetivo es posicionar sus armas en el hemisferio Occidental, y de parte de modelos sudamericanos, buscan reforzar alianzas para atornillarse en el poder y contar con un bloque cuyo objetivo sea someter al mundo libre, representado por Estados Unidos.
Hasta ahora, parece una relación ganar-ganar para los interesados, aunque voces expertas advierten que países como Venezuela sólo sirven como plataformas útiles mas no tienen la capacidad de hacer grandes aportes a totalitarismos como el iraní, el chino o el ruso. Mientras se da esa discusión, en Bolivia firman nuevos documentos de cooperación con Teherán en materia “de seguridad, defensa y combate contra el narcotráfico”.
Fue tal el revuelo a mediados de julio, que el ministro de Defensa del gobierno boliviano, Edmundo Novillo, tuvo que salir a calmar al canciller argentino Santiago Cafiero, quien envió una carta solicitando más información sobre dichos pactos. Aunque ambos países cuentan con gobiernos de izquierda, el reclamo de Cafiero sirvió para que el tema tomara protagonismo. Además, permite que surjan análisis como el Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura (Center for a Secure Free Society, SFS).
“Irán está alcanzando todo su potencial geopolítico en el hemisferio Occidental, preposicionando activos militares y armamentos en la región”.
Bolivia: “El proyecto iraní más exitoso”
“El núcleo del esfuerzo de Irán es desarrollar una red de representación estatal y no estatal en América Latina, de la misma manera que Irán lo ha hecho en el Medio Oriente. En el caso de Sudamérica, Venezuela y Bolivia encabezan la lista”, asegura Humire en un reciente artículo publicado en el portal 1945.
Es así como llega a la premisa de que Bolivia “es el proyecto de política exterior más exitoso de Irán en América Latina”. Ciertamente, antes de 2007 el país persa no tenía presencia diplomática en Bolivia y tampoco relaciones bilaterales. Pero luego de firmar un acuerdo estratégico con el gobierno izquierdista de Evo Morales ese año, “las relaciones comenzaron a florecer”.
Las visitas del gobierno de Morales a Teherán se hicieron recurrentes. “Para 2010, Bolivia comenzó a comprar piezas de aviones militares de Irán, y en 2012 las dos naciones firmaron un acuerdo antinarcóticos”. Anunciar estos pactos sin explicarlos a fondo es una conducta habitual de modelos socialistas que se alían con otros regímenes autoritarios. Y acá es donde entra la dictadura venezolana, que sirve también como conexión para formar una triangulación servil al actual gobernante iraní, Ebrahim Raisi.
Drones, lanchas y el avión venezolano-iraní
Puede que Argentina haya manifestado “preocupación” por los recientes acuerdos entre Irán y Bolivia, pero tal como indicaron pasadas estimaciones, al final nada pasó con la tripulación iraní detenida en Buenos Aires en un sospechoso vuelo de la compañía estatal venezolana Emtrasur. Todos los tripulantes fueron liberados, incluso Gholamreza Ghasemi Abbas, el piloto vinculado a la terrorista Fuerza Quds y a Hezbolá. Salió del país con el visto bueno de la Justicia un vuelo de la línea área Boliviana de Aviación, con destino a Santa Cruz de la Sierra.
Lo anterior es sólo un nexo de lo que se gesta tras bambalinas y que no es ajeno a la opinión pública. El propio ministro de Defensa de Luis Arce confesó que los acuerdos incluían la adquisición de drones y lanchas para, supuestamente, fortalecer el control territorial y fronterizo.
Si se suman las denuncias por el poder que el gobierno boliviano ha dado a las redes de narcotráfico, los argumentos del director del SFS cobran más sentido. Después de todo, la actividad iraní también se vale de este delito para mantener sus costosas operaciones, usando sus brazos paramilitares armados, de acuerdo a informes independientes.