El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, arremetió este viernes contra el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, Argentina, Venezuela y el comunismo, en un acto de entrega de tierras a campesinos al que le imprimió un claro tinte electoral.
Con la mente ya en las elecciones presidenciales de octubre de 2022, en las que aspirará a la reelección, Bolsonaro condenó que Lula da Silva pretenda postular nuevamente a la Presidencia y, sin citarlo por su nombre, aludió a un «ladrón que quiere ser candidato».
La alusión a Lula da Silva coincidió con una nueva encuesta divulgada este viernes, según la cual el exmandatario ganaría las elecciones del año próximo con un 45 %, frente al 37 % que obtendría Bolsonaro en una segunda vuelta, resultados similares a los de otros sondeos.
Lula está en condiciones de ser candidato después de un fallo judicial que anuló penas de casi 26 años de cárcel en su contra y ordenó reiniciar los juicios por conflictos de competencias.
«Vean lo que pasa en el mundo. Saben que una mala elección puede llevar al pueblo a la desgracia», dijo el líder brasileño.
«Así fue con (Hugo) Chávez y (Nicolás) Maduro en Venezuela» y «en Argentina también hicieron una elección equivocada», apuntó en clara referencia al actual presidente, Alberto Fernández, de tendencia progresista.
«No queremos eso para nosotros, pero va a depender de lo que ustedes elijan en 2022», insistió Bolsonaro, quien subrayó que «el comunismo no funcionó en ningún lugar del mundo y no será en Brasil que se va a instalar».
El acto fue celebrado en un municipio del estado de Maranhao, cuyo gobernador es Flavio Dino, del Partido Comunista y que también fue objeto de críticas del gobernante.
«Tienen que tener aversión al comunismo», que «sólo crea igualdad en la desesperanza, el hambre y la miseria, destruye las familias y las religiones», dijo Bolsonaro, quien aseguró que en 2022, cuando también serán elegidos nuevos gobernadores, «el estado de Maranhao será liberado de esa plaga».
Bolsonaro volvió a criticar los cierres de actividades económicas decididas por gobernadores y alcaldes para contener los contagios de coronavirus, que en Maranhao han sido especialmente duras, aseguró que «no tienen eficacia científica comprobada» y sostuvo que son aplicadas para «oprimir al pueblo».
Fuente: PanamPost