La posición del presidente Jair Bolsonaro frente a la proclamación de Luiz Inácio Lula da Silva como su sucesor a partir del próximo 1 de enero sigue siendo un enigma. Aunque la transición está en marcha, la tolda política del mandatario, el Partido Liberal (PL), pidió –sin éxito- la anulación de las elecciones, y Bolsonaro, que hizo una aparición pública este sábado en la graduación de la promoción Bicentenario de las Águilas Negras de la Fuerza Armada, evitó ofrecer discurso alguno, lo que se interpreta como una jugada política que se mueve entre la prudencia y la expectativa para no desanimar a sus seguidores que se mantienen en las calles protestando contra el resultado electoral. Sus asesores también evalúan distintos escenarios, y uno de estos es la conformación de un “gabinete paralelo” de Bolsonaro para hacer frente a Lula a partir del próximo año.
El actual mandatario no ha reconocido la derrota en las urnas. En su primera declaración luego del balotaje se limitó a ratificar su compromiso con la defensa de la Constitución, lo que para muchos de sus seguidores se tradujo como una eventual invocación del artículo 142 que –de acuerdo con algunas interpretaciones- permitiría solicitar una “intervención federal”, tal como reclaman los manifestantes frente a los cuarteles. Pero este aventurado camino no cuenta con un respaldo total en su entorno más cercano. Un grupo de sus asesores políticos estaría trabajando en un proyecto para garantizar que a partir de 2023 Bolsonaro cuente con un “gabinete paralelo” desde el cual comandaría la oposición a Lula, según asegura Veja.
“La idea es que Bolsonaro reciba un salario fijo, tenga asesores disponibles y, principalmente, cuente con un equipo técnico capaz de dotarlo de información en áreas estratégicas como economía, salud y educación”, detalla el medio brasileño, que agrega que sus lives semanales continuarán incluso después de que Lula asuma el poder. El líder de la derecha brasileña se dedicaría al debate de propuestas y críticas a la futura administración a partir de datos y opiniones de expertos, para lo cual contaría además con empleados contratados por los parlamentarios bolsonaristas, que serán la primera minoría en ambas cámaras del Congreso.
Una semana antes de anunciar que pediría la anulación de las elecciones por presuntas irregularidades en las máquinas de los modelos anteriores a 2020, Valdemar Costa Neto, presidente del PL, había declarado que su partido hará una “dura oposición” al Gobierno de Lula da Silva para enfrentar los “valores comunistas y socialistas” que pueda promover la nueva administración que estará dirigida por el fundador del Foro de Sao Paulo. En ese momento también adelantó que “muy probablemente” Jair Bolsonaro vuelva a aspirar a la Presidencia en 2026.