Esto elevaría el PIB per cápita de Brasil en dólares estadounidenses por encima del de otras naciones emergentes como Argentina, Polonia y Croacia para 2031, llevándolo cerca al de Chile y Hungría, países que ocupan un lugar destacado en el Índice de Desarrollo Humano.
Brasil iniciará el próximo año con una deuda récord de un 95% del PIB y un déficit de alrededor de un 12% del PIB debido a los enormes gastos de emergencia que ha realizado este año para abordar la pandemia de COVID-19.
«La estabilidad macroeconómica, la continuidad de la agenda de ajuste fiscal de largo plazo y el equilibrio de la política monetaria son condiciones necesarias para volver a un crecimiento sostenido», dijo el gobierno en el decreto.
Según el plan estratégico, firmado por el presidente Jair Bolsonaro y el ministro de Economía, Paulo Guedes, el escenario base es un aumento acumulado del PIB per cápita del 19,1% durante la próxima década, sobre un crecimiento promedio anual del PIB del 2,2%.
Luego del daño financiero provocado por el COVID-19, «Si no se implementan las reformas necesarias, la probabilidad de una crisis fiscal y de crecimiento económico en los próximos años aumentará significativamente«, sostiene el plan.
En el tercer escenario, el más pesimista y bajo el que habría ningún ajuste fiscal o reformas favorables al mercado, la economía y las finanzas públicas colapsarían. «Por razones obvias, no sirve para nada incluir pronósticos en este escenario», dice el plan.
Fuente: Ambito