A poco más de un mes para las elecciones presidenciales en Brasil, los electores comparan los resultados del presidente Jair Bolsonaro, máximo referente de la derecha, y los del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, principal candidato de la izquierda, para definir hacia dónde se inclinará la balanza el próximo 2 de octubre. Convertirse en propietario es sin duda uno de los mayores anhelos de todo ciudadano. Y cuando se comparan ambas gestiones en esta materia, Bolsonaro se anota un punto importante por amplia diferencia, pues en los últimos ocho meses su gobierno ha convertido en propietarios a más brasileños que en los ocho años de Lula en el poder.
«Superamos los 400.000 títulos de propiedad emitidos en poco más de 3 años de gobierno (402.435 a la fecha). Los pequeños agricultores se liberan de las cadenas de los grupos partidistas, participando ahora de las políticas públicas para incentivar la producción y los ingresos de sus familias», celebró Bolsonaro en sus redes sociales, agregando que «solo en 8 meses de 2022 (hasta agosto) [se entregaron] 122.396 títulos. Resultado superior a 8 años de otro gobierno determinado (99.048)».
Aunque no lo menciona directamente, se pudo confirmar que se refiere a su principal rival para las elecciones. La cifra que muestra Bolsonaro (99.048) corresponde al número de títulos de propiedad entregados por Lula durante sus dos mandatos, de 2003 a 2010. Así lo precisa CNN, medio con una evidente línea editorial progresista que en este mismo artículo matiza el logro del actual presidente, señalando que «esto es apenas una de las etapas previstas en la Ley de Reforma Agraria, de 1993».
Pero los números son irrefutables. Corresponden a cifras oficiales del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) citadas por la cadena estadounidense de noticias que entre enero y junio de este año contaba 81.940 títulos de propiedad entregados por Bolsonaro, lo que permite deducir que el aumento a 122.396 al cierre de agosto es totalmente factible y que, en efecto, el aspirante a la reelección ha beneficiado en los últimos ocho meses a 23.348 brasileños más que la suma total conseguida por su principal adversario político en ocho años.
Como parte del programa Titula Brasil, el gobierno de Bolsonaro había entregado más de 362.000 título de propiedad entre 2019 y el 13 de julio de 2022, según reseñó para ese momento CNN. El incremento de más de 40.000 en el último mes y medio confirma la suma total de 402.435 desde que Bolsonaro asumió el poder hasta el cierre de agosto.
Las cifras oficiales del INCRA corroboran además que Jair Bolsonaro es el presidente que más títulos de propiedad ha entregado desde el año 2000. En los dos últimos años de mandato de Fernando Henrique Cardoso (2000 – 2002) se entregaron 23.110. Lula da Silva apenas entregó 99.048 en sus dos periodos como presidente (2003 – 2010). Dilma Rousseff superó a su aliado y antecesor con 166.627 durante sus dos mandatos (2010 – 2016). Y Michel Temer, quien completó el segundo periodo de Rousseff tras su destitución (2017 – 2018) logró llegar a los 208.563 títulos, apenas un poco más de la mitad de los 402.435 otorgados por el actual mandatario. En el caso de Lula, apenas emitió 24,6 % de la cantidad de títulos de propiedad concedidos por Bolsonaro, es decir, menos de una cuarta parte.
Esta comparación es el reflejo del sistema político y económico que ofrecen ambos candidatos. Por un lado, Jair Bolsonaro propone mayor libertad económica, menos impuestos y Brasil como prioridad. Por el otro, Lula da Silva ofrece socialismo, impuestos altos y una agenda internacionalista que saca recursos del bolsillo de los brasileños para financiar a sus socios en Cuba y Venezuela.
Récord histórico de empleo
Durante la gestión de Jair Bolsonaro ha mejorado la economía del país, incluso logró que Brasil fuera la primera nación de Latinoamérica que recuperó los niveles de crecimiento del PIB previos a la pandemia. En el mes de julio, por primera vez desde 2016, la tasa de desempleo en Brasil cayó a 9,1%, lo que equivale a una disminución de 4,6 % con relación al mismo periodo de 2021. En un país con más de 212,6 millones de habitantes, menos de 10 millones de personas están sin trabajo.
De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IGBE), la población ocupada alcanzó los 98,7 millones de trabajadores en julio de este año. Es la cifra más alta desde que se empezó a registrar el desempleo en el año 2012.
Lula usó Odebrecht para financiar obras en Cuba
Mientras Lula da Silva estuvo en el poder, Brasil financió obras de infraestructura para la dictadura cubana. Según informa Marcelo Odebrecht, gerente de la constructora involucrada en escándalos de corrupción, Lula dio la orden de priorizar a Cuba. Tanto así que el dinero de los contribuyentes brasileños pagó el Puerto de Mariel que costó 957 millones de dólares.
”El único país en el que nos dimos cuenta de que había una mayor buena voluntad, un acto, un mayor esfuerzo del Gobierno para ayudar a aprobar el crédito Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) fue sobre el tema de Cuba», declaró Odebrecht en 2019.
El embargo es un mito, Brasil financiaba la dictadura
Contrario al discurso de la izquierda que alega que en Cuba hay un bloqueo, el régimen comunista ha recibido dinero de gobiernos y organismos internacionales. Durante la gestión de Lula, Brasil fue no solo garante de los préstamos, también los pagó. Pues Cuba tiene un historial de no pagar sus deudas. Brasil lo sabe. Hasta octubre de 2018, Cuba le debía al BNDES 17,4 millones de dólares en cuotas vencidas en junio, julio y agosto de ese año.
Desde la elección de Jair Bolsonaro, el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) dejó de financiar a la izquierda regional. Y esto le ha permitido a los brasileños tener mayor solvencia.
La consigna «Brasil por encima de todo» de Bolsonaro ha demostrado no ser demagógica sino una visión económica e ideológica. Ya no prima la agenda internacionalista del socialismo. Ahora el dinero de los brasileños se ha invertido en el país. El hecho de que con Bolsonaro se han entregado más títulos de propiedad es una prueba de ello.