Las protestas en Cuba trascienden fronteras. No se trata solo de liberar al pueblo cubano sino también de frenar el movimiento comunista que se ha extendido a países como Venezuela y Nicaragua, sirve de inspiración a los gobiernos socialistas de Argentina y Bolivia, pero además alimenta a la izquierda sedienta de poder en Perú, Chile, Colombia y Brasil. Frente a esta realidad, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, expresó este martes su apoyo a los cubanos que enfrentan en las calles a la dictadura y advirtió sobre el peligro de que Brasil vuelva a caer en manos de Luiz Inácio Lula da Silva.
«Yo apoyo al movimiento que pide libertad allá. Ahora, ¿qué piensa Lula sobre lo que está ocurriendo en Cuba? Él está en contra del movimiento que pide libertad para Cuba, y hay gente que apoya a ese hombre para ser presidente de Brasil, ¿cuál va a ser nuestro futuro si este bandido fuera electo presidente de la República?», dijo el mandatario brasileño este martes en la mañana, citando una encuesta de Datafolha que adjudica una supuesta intención de voto de 60 % para las elecciones de 2022 al expresidente izquierdista que había sido condenado a casi 26 años de cárcel por corrupción.
Bolsonaro resaltó que las protestas comenzaron pidiendo alimentos, medicinas y electricidad, esta última exigencia debido a los apagones que enfrenta la isla por la disminución del suministro de petróleo venezolano. Aprovechó además para ironizar sobre la supuesta calidad de la medicina cubana y cómo el régimen utiliza a los médicos que están en misiones en el extranjero para financiar la dictadura.
«Dicen que los mejores médicos del mundo están allá, tanto así que tienen unos 15000 aquí en Brasil, recibiendo 20 % del salario y devolviendo 30 % para el gobierno cubano. Cuando fui electo y al asumir dije que era una farsa la medicina cubana aquí, que era para dar dinero a la dictadura cubana».
Evitar seguir el camino de Cuba
El líder brasileño aseguró que para evitar que Brasil «entre en la línea de Cuba» es necesario cambiar el sistema electrónico de votación, ya que este favorece «el robo» de las elecciones y que está en «preparación un fraude» para el próximo año, con la intención de concretar el regreso de Lula al poder.
Ya el presidente Bolsonaro ha advertido sobre la «dictadura de la toga» que ha tomado decisiones a favor de la izquierda y, en particular, de Lula da Silva. A finales de junio pasado, el Supremo Tribunal Federal (STF) anuló las confesiones de 77 ejecutivos de Odebrecht que señalan al exmandatario por corrupción, alegando que carecían de validez. En marzo, el máximo tribunal decidió dejar sin efecto los cuatro procesos judiciales contra Lula. Vale recordar que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ya había sido condenado a casi 26 años de cárcel por dos de estas causas.
Lula ratifica que está del lado de la dictadura
Lula da Silva también habló este martes sobre la situación en Cuba, después de que miles de cubanos tomaron las calles desde el domingo para protestar contra la dictadura al grito de «¡libertad!», pero para el exmandatario izquierdista el único problema que atraviesa la isla es el «bloqueo» económico por parte de Estados Unidos, según declaraciones recogidas por la agencia EFE. Lula simplemente minimizó e intentó desmeritar el reclamo de los cubanos.
«¿Qué está sucediendo en Cuba tan especial para que se hable tanto? Hubo una caminata. Inclusive vi al presidente de Cuba en la caminata, conversando con las personas. Cuba ya sufrió 60 años de bloqueo económico de los Estados Unidos, todavía más con la pandemia, es inhumano», señaló en un hilo en Twitter, en el que exhortó al final al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a «adoptar la recomendación de los países de la ONU de dar por finalizado el bloque».
El apoyo de Bolsonaro a los cubanos lo expresó desde este lunes cuando subrayó que «la dictadura desde hace décadas masacra la libertad del pueblo cubano y vende al mundo la ilusión de un paraíso socialista», por tal motivo, alentó la lucha de los manifestantes que claman «con valentía el fin de una dictadura cruel».
Fuente: PanamPost