El presidente de Chile, Gabriel Boric, cayó en las pretensiones expansionistas y manipuladoras del régimen comunista chino de Xi Jinping al desconocer la independencia de Taiwán para plegarse a la política de “una sola China” de Pekín, que considera a la isla como una “provincia rebelde”, pero parte inalienable de su territorio.
Estrechando la mano a Xi, el mandatario chileno aceptó que para tener relaciones con China debía ignorar el acoso que ejercen las flotas del Ejército Popular de Liberación (EPL) en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa desde el año pasado.
“Sostenemos y vamos a defender en los espacios multilaterales el principio de ‘una sola China’; premisa que ha sido observada de manera irrestricta por nuestro país a lo largo de los más de 50 años de relaciones bilaterales”, afirmó Boric. Su argumento para fijar esta posición está en la necesidad de “construir un nuevo orden mundial basado en la paz y en la armonía de los pueblos”, pero no del pueblo taiwanés, ya que el principio de “una sola China” implica la invasión a la isla por parte del régimen comunista de Pekín.
Taiwán vive bajo el constante asedio de buques y aviones de guerra chinos que cruzan el Estrecho de Taiwán para simular un bloqueo a la isla con aparentes “ejercicios militares”. El propósito de Pekín es medir la reacción internacional mientras ensaya cómo ejecutar la invasión que lleva décadas fraguando.
Como los dictadores
El apoyo de Boric a Xi alinea al mandatario chileno con el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, quien desde que asumió la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), en junio del año pasado, aboga por el respaldo a la ocupación de Taiwán por parte de China.
De hecho, en un gesto de lealtad con Pekín, Ortega suspendió “cualquier contacto o relación oficial” con Taiwán en 2021, alegando que la República Popular China “es el único Gobierno legítimo” que representa a ese país.
Boric ha criticado a Ortega por sus abusos de poder en Managua, pero estar del lado de “una sola China” lo iguala no sólo con el sandinista sino también con la presidente izquierdista de Honduras, Xiomara Castro, quien en marzo de este año rompió relaciones con Taiwán.
“Taiwán forma parte inalienable del territorio chino”, manifestó la Cancillería hondureña en un comunicado. Uno similar desde La Moneda ya no sería sorpresa después de la visita de Boric a Pekín. Menos cuando el presidente admite en redes sociales que el encuentro sirvió para “estrechar lazos y suscribir una serie de acuerdos en materias agrícolas, acuícolas, políticas y de cooperación”. Nada es gratis. China avanza con su política expansionista y ofrece mucho a sus aliados a cambio de respaldo internacional a su posición frente a Taiwán, con lo que prepara el camino para la eventual invasión. Con esta estrategia ya ha logrado sumar a su bando a Chile, Nicaragua y Honduras.
Ya sin Honduras, la lista de países que reconocen a Taiwán se redujo a 13. La conforman Guatemala, Belice, Haití, Paraguay, las islas de San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas en el Caribe, el Vaticano, Esuatini (antigua Suazilandia) en el sur de África, y las islas Marshall, Nauru, Palau, y Tuvalu en Oceanía.
Esquivando las polémicas
Gabriel Boric evitó las polémicas en esta primera visita oficial a China. Así se desprende de la declaración conjunta divulgada tras el encuentro de los mandatarios que confirmó el respaldo de ambas naciones a la “elección independiente de sus caminos de desarrollo”, mientras Chile reconoce los éxitos de China en su “nueva era” y su “compromiso” con mejorar la calidad de vida de su pueblo.
Bajo esos términos, China calificó como “un gran éxito” la estadía del presidente de Chile pese a que dos miembros de la delegación chilena resultaron contagiados de COVID-19 en la nación donde se originó el virus y cuyo gobierno aplicó unas medidas draconianas para evitar su propagación, encerrando a su población sin respetar sus derechos humanos, pero que no hizo más que postergar los brotes que el resto de la humanidad ya dio por superados.
De esta visita de Boric a China sólo falta la fotografía oficial en Foro de la Franja y la Ruta, donde probablemente quedará retratado junto al presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien ya llegó a territorio chino. ¿Hablarán de la guerra de Moscú contra Ucrania? “No hay nada coordinado, ya que en la cena participarán autoridades de más de 130 países, entre ellos Egipto, Vietnam, Hungría, Serbia e Indonesia”, reseña La Tercera. Un cruce será inevitable.