El número de brasileños con contratos formales de trabajo se redujo en 1,1 millones en marzo y abril, en gran parte como consecuencia de la paralización de actividades por la pandemia del COVID-19, informó este miércoles el Gobierno.
De acuerdo con los datos divulgados por el Ministerio de Economía, en marzo y en abril de este año se contrataron en Brasil un millón 984 mil 722 trabajadores formales, con todas las garantías laborales y sociales, mientras que se despidieron 3 millones 085 mil 927 personas que contaban con trabajo formal.
El saldo negativo de un millón 101 mil entre las contrataciones y los despidos redujo el número de trabajadores con empleo formal en Brasil desde 39,1 millones a finales de febrero hasta 38 millones a finales de abril.
Mientras que en abril se destruyeron 860 mil 503 empleos formales, en marzo el saldo negativo llegó a las 240 mil 702 plazas.
En marzo, sin embargo, los despidos afectaron a 1,63 millones de trabajadores y en abril a 1,46 millones.
El COVID-19 pasó factura
El ministerio admitió que en buena medida los empleos los destruyó la paralización de actividades de gran parte de la industria, el comercio y los servicios por el COVID-19, que obligó a muchas empresas a cerrar y despedir sus empleados.
La situación afectó principalmente a los empleados del sector servicios y del comercio y menos a los de la industria, mientras que la agricultura prácticamente no fue impactada.
En marzo y abril se perdieron 474 mil 145 empleos formales en el sector servicios, 304 mil 812 en el comercio y 228 mil 054 en la industria.
Entre los servicios el segmento más afectado fue el de alimentación y alojamiento, con un saldo negativo de empleos formales de 211 mil 722.
De acuerdo con el Ministerio de Economía, la situación hubiera sido peor si no hubiese puesto en marcha una medida de emergencia por la que se comprometió a pagar parte de los salarios de empleados que tuvieron jornadas de trabajo y sueldos reducidos por empresas que aceptaron no despedir sus empleados.
Fuerte impacto en el desempleo
El llamado Programa de Emergencia de Preservación de Empleo y de Renta, que sólo entró en vigor el 1 de abril, atiende actualmente a 8,1 millones de empleados formales, que mantienen sus puestos pero permanecen en casa o trabajan en jornadas reducidas y con descuentos proporcionales en el salario.
El ministerio admitió igualmente que la situación tendrá fuerte impacto en la tasa de desempleo, que en el primer trimestre de este año era del 12,2 % de la población económicamente activa (12,9 millones de personas).
La tendencia es que los empleos formales sigan encogiendo y el número de desempleados aumente gradualmente en los próximos meses dependiendo del momento en que la situación sanitaria mejore y las actividades se normalicen.
El salto del desempleo se verá reflejado en la retracción económica del 5,0% esperado para este año en la mayor economía suramericana.
Se agrava la pandemia
Pese a que algunos Gobiernos regionales y municipales de Brasil ya comenzaron a levantar las restricciones que habían impuesto para frenar el coronavirus, la pandemia sigue agravándose en el país y el pico de la curva de contagios sólo es esperado en julio.
El gigante latinoamericano es el segundo país del mundo en número de contagiados (391 mil 222 casos) y el sexto en muertes (24 mil 512).
El peor saldo acumulado
Según datos oficiales, en los cuatro primeros meses de 2020 Brasil registró 4,99 millones de contrataciones formales y 5,76 millones de despidos, con lo que en el acumulado del año se destruyeron 763 mil 232 empleos.
Se trata del peor saldo acumulado en cuatro meses en 11 años, desde que el Ministerio de Economía comenzó a contabilizar el empleo formal con los actuales criterios en 2010, y contrastó con los 313 mil 835 nuevos empleos formales que Brasil generó en el mismo período de 2019 y los 336 mil 885 creados entre enero y abril de 2018.
El número de empleos destruidos en los primeros cuatro meses de 2020 prácticamente dobla los 378 mil 481 perdidos en el mismo período de 2016, hasta ahora el mayor saldo negativo y que reflejó la histórica recesión que Brasil sufrió en 2015 y 2016.
Mientras que las contrataciones cayeron un 9,6 % en los cuatro primeros meses del año frente al mismo período de 2019, los despidos saltaron un 10,5 %. EFE
Fuente: El Carabobeño