Mil millones de reales (230 millones de dólares) fueron recuperados por la operación Lava Jato, que dejó al descubierto la corrupción del Partido de los Trabajadores, la izquierda que mantuvo a Brasil como sede del Foro de Sao Paulo. Ese dinero fue enviado al Ministerio de Educación y será invertido en vouchers para guarderías en las zonas más pobres del país.
«Los R $ 1 mil millones recuperados serán para el cupón de 1,1 millones de niños. Mucho mejor que el uso anterior del PT, que era robar ese dinero», dijo el ministro de Educación, Abraham Weintraub.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el norte y noreste tienen una tasa de analfabetismo mucho más alta que el resto del país, y tienen un promedio de años de estudio más bajos que el sureste, el medio oeste y el sur.
En el 2018, el IBGE registró que solo el 32 % de los niños de 0 a 3 años estaban en guarderías en Brasil, un total de 3,2 millones de brasileños. Dicha cifra dejó fuera a 6,7 millones de niños.
Además de Weintraub, los ministros Paulo Guedes (Economía) y Onyx Lorenzoni (Casa Civil) participan en la creación del programa que beneficiará a 1,1 millones de niños entre 0 y 6 años de la región más analfabeta del país.
El martes 11 de febrero el ministro de educación anunció que el Estado va a pagar la matrícula para que estudiantes de bajos recursos puedan acceder a escuelas privadas.
La educación de la primera infancia es la etapa escolar más cara en Brasil, asegura O Globo, el mayor espacio de noticias de Brasil. Indica que en la red pública, la inversión por estudiante en 2020 es de 4,3 mil reales en guarderías (988 dólares) y 4 mil (919 dólares) en preescolar.
En un intento de menospreciar lo propuesto por Weintraub, O Globo indicó que lo ofrecido por el ministro de educación es poco más de 17 dólares por mes para los estudiantes. El ministro respondió que se trataba de «periodismo basura» y llamó al titular «mentiroso», y aseguró que hay 230 millones de dólares presupuestados para el programa de educación temprana.
Para João Marcelo Borges, director de Estrategia Política de Todos pela Educação, si el país adoptara las mismas cantidades que gasta por estudiante en la guardería pública, pagaría una tarifa mensual de alrededor de 500 reales por niño.
Actualmente la «desigualdad» es la mayor preocupación a nivel internacional. Bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro ha habido una lucha particular contra la desigualdad, no para achicar la brecha entre ricos y pobres precisamente, como pretende la agenda progresista, sino para disminuir los privilegios del sector público y privado.
Para ello, Bolsonaro comenzó por reformar las pensiones para poner fin al hecho que un empleado del Estado ganaba 20 veces más que un privado, pese que el segundo es quien produce el dinero.
Ahora busca insertar a los más pobres en el sistema de educación privada. En lugar de agrandar el gasto estatal, que empobrece a los ciudadanos, recuperó el dinero que se robaron los políticos de izquierda y lo invirtió en los que menos tienen y así darles mayores oportunidades de prosperar.
Cabe mencionar que fue el caso Lava Jato el que logró que Lula da Silva terminara en prisión y Dilma Rousseff tuviera que dimitir de su cargo como presidente de Brasil.
El juez a cargo del caso fue Sergio Moro, a quien Bolsonaro nombró ministro de Justicia. De la mano, el crimen se ha reducido en Brasil, sobre todo el más violento. El homicidio bajó más del 22 % y las violaciones sexuales 13 %. Acorde baja el crimen en Brasil, aumenta el respaldo a Bolsonaro. Y gracias a la resolución del caso Lava Jato la lucha contra la corrupción beneficia a los más necesitados, tanto en materia económica como educativa.
Fuente: PanamPost