La invasión rusa de Ucrania puede provocar un incremento en las oleadas de inmigrantes ilegales hacia la Unión Europea (UE) desde el norte de África. Así lo ha reconocido Bruselas en un informe en el que advierte de que el creciente riesgo de una «hambruna catastrófica» en los países norteafricanos puede desencadenar «nuevas olas de protesta social, de desplazamientos internos y de migración hacia las regiones vecinas y, posiblemente, hacia la UE».
El texto, que todavía no se ha hecho público pero del que se ha hecho eco el diario El País, ha sido elaborado por la Comisión Europea y el Servicio europeo de Acción Exterior, encabezado por el vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, y coloca a España e Italia como las primeras afectadas de ese éxodo masivo a través del Mediterráneo.
En este sentido, el informe señala al Magreb y el Sahel como las zonas más castigadas por la crisis alimentaria y energética derivada de la invasión de Ucrania, por lo que parece inevitable que España e Italia se sitúen como los primeros destinos de la inmigración.
En estas regiones el impacto de la guerra «ya es muy significativo» y se suma al que ya existía por los daños no superados de la pandemia.
Así las cosas y pese a que la UE ya ha comenzado a repartir ayuda urgente en esos países –se han destinado más de 225 millones de euros a Egipto, Líbano, Libia, Siria, Túnez, Marruecos y Palestina a través de la llamada Facilidad de alimento y resiliencia, detalla la Comisión– «la amenaza de hambruna es creciente en las capas más pobres de la población».
Y, por lo tanto, existe una alta posibilidad de una huida hacia países vecinos y la UE en busca de mejores condiciones alimentarias.