¿Búsqueda de petróleo o coqueteo con la dictadura chavista?

El presidente Joe Biden se contradice a sí mismo. El 6 de octubre de 2020, cuando era el aspirante demócrata a la presidencia de EEUU, en un acto de campaña en el sur de Florida, zona con gran presencia de votantes latinoamericanos, afirmó, sin medias tintas que Nicolás Maduro, era un dictador. El pasado 3 de marzo extendió el decreto que califica a la dictadura chavista como una amenaza para la seguridad nacional. Menos de una semana después envía a una delegación de alto rango a la mesa de negociaciones con el mandamás venezolano.
La reunión secreta generó incontables críticas de congresistas y senadores estadounidenses, así como miembros de la diáspora y la sociedad civil.
El senador Marco Rubio criticó duramente el acercamiento y enfatizó en cómo si EEUU reconoce a Juan Guaidó como presidente interino, fue dejado al margen y se negocia con un gobierno ilegítimo que apoya el terrorismo y respalda públicamente la invasión rusa a Ucrania.
Con motivo de la vivista de Iván Duque, presidente de Colombia; la Casa Blanca aseguró que la reunión entre EEUU y Venezuela fue planeada con meses de anticipación y dijeron que este acercamiento fue únicamente para conocer el estado de los estadounidenses detenidos en ese país y retomar las conversaciones de Maduro con la oposición en México, mientras aseguraban que «no hay ninguna negociación alrededor de la compra de petróleo”. Sin embargo, durante la noche del 7 de marzo, por medio de una transmisión televisada, Maduro confirmó que seguirá una agenda de conversaciones con EEUU y subrayó que “reformateará” el diálogo nacional para hacerlo más inclusivo y la secretaria de prensa de Biden, Jen Psaki confirmó ese mismo lunes que “El propósito del viaje era discutir diferentes temas, entre ellos desde luego la seguridad energética”
¿Cuáles son las intenciones reales de la Casa Blanca? Aún se desconocen en su esencia, pero el envío de una delegación de alto nivel a Caracas ofrece indicios de la agenda del expresidente Barack Obama respecto a negociar con las dictaduras socialistas en América Latina como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Así lo hizo durante su mandato en el que Joe Biden era el vicepresidente.
A la pregunta de DIARIO LAS AMERICAS, sobre si estamos viviendo una especie de deja vú de las conversaciones secretas que sostuvo EEUU con Raúl Castro 18 meses antes del ‘deshielo’. El senador Marco Rubio sostuvo: “Obviamente existieron conversaciones, uno no llega a Venezuela sin haber preparado antes el terreno” y añadió que Maduro acepta porque le conviene, pero nunca hará nada que ponga en riesgo perder el poder. Si EEUU reconoce que Maduro manda, es un mensaje devastador para la oposición venezolana… por otra parte, al levantar las sanciones, le otorga a la dictadura un argumento para tratar de privar el acceso a los activos por parte del gobierno de Guaidó”, dijo el legislador republicano “es como decir: EEUU está contigo hasta que le haga falta. Lo cierto es que tenemos una administración débil”
De igual manera, Rubio confirmó que EEUU exigió que Caracas garantizara un porcentaje de la venta del crudo, liberara a algunos presos, que en realidad eran y son rehenes del régimen y anunciara fecha para sentarse a la mesa con los opositores. “Ya ha cumplido dos, lo otro lo acepta porque para él no significa nada” Maduro ha utilizado en reiteradas ocasiones, dirigido por Cuba, el diálogo con la oposición venezolana para ganar tiempo, desarticular la disidencia interna mediante la represión y el terrorismo de estado, al tiempo que aparenta un sistema de diálogo y democracia frente al resto del mundo para evitar sanciones.
Entretanto el congresista Mario Díaz-Balart sostuvo: “Prohibir el petróleo ruso y reemplazarlo con el petróleo sangriento del régimen venezolano es irresponsable y completamente peligroso para la seguridad nacional. Si la administración Biden acepta debilitar las sanciones contra la dictadura asesina y antiamericana de Nicolás Maduro, estaría vendiendo descaradamente y traicionando al pueblo venezolano y la causa de la libertad”
Mientras, el senador Jim Risch consideró «imperativo» no reemplazar el crudo pesado de Rusia con suministros de «dictadores… me sorprende que esta administración complazca a los dictadores cuando podemos satisfacer nuestras propias necesidades, sin sangre en nuestras manos».
En conversación con DIARIO LAS AMERICAS, Ramón Muchacho, el analista político, exalcalde del municipio Chacao, exiliado en el sur de Florida, destacó que “Esta reunión sorpresiva marca un cambio de la política de Washington hacia Caracas. Desde la administración Trump la Casa Blanca se había negado a hablar directamente con Maduro. Ahora el gobierno norteamericano se salta a Guaidó, a la oposición, a la mesa de negociaciones, a los intermediarios, a los noruegos y va directo a Miraflores. Obviamente puede haber muchas conjeturas, aunque parece evidente que el detonante fue la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Aceleró las cosas. Yo siento que Biden y los demócratas están demasiado preocupados por el impacto que el precio de la gasolina pueda tener en las elecciones de medio término. Siento que están actuando casi desesperados para tratar de controlarlo y, por supuesto, la inflación y eso los lleva en estos momentos a estar en conversaciones con Maduro, con Irán e inclusive con algunos países árabes los cuales no tienen muy buena receptividad hacia Norteamérica”
Por su parte el abogado y educador Pablo Aure, desde Venezuela, dijo a DIARIO LAS AMERICAS: “La negociación del gobierno de EEUU con el régimen de Nicolás Maduro tiene varias lecturas, que, sin lugar a dudas, concluyen en la develación de la verdadera política de la administración Biden con el régimen de Nicolás Maduro. Pero también, con esa visita de funcionarios del Dpto. de Estado, se evidencia el verdadero interés de quienes muchos pensaban eran voceros opositores. Para los venezolanos significa que en esto de la liberación de Venezuela del castrochavismomadurismo, estamos luchando solos (al menos por ahora) que los intereses del gobierno de EEUU son distintos a nuestros anhelos de libertad. EEUU dejará de comprarle petróleo a Rusia por las sanciones, pero recurre al régimen Madurista (que también está sancionado y desconocido) para «suplir» el crudo que dejará de comprarle a Rusia. Aquí queda en evidencia el cinismo de la administración Biden, al mantener el decreto que señala a Maduro como una amenaza para EEUU pero hará negocio con quién lo amenaza (vaya contradicción) …Los estadounidenses lamentarán está terrible decisión de Biden de reconocer y darle oxígeno a quien ha demostrado ser, no solo enemigo de las libertades sino a quien se comporta de manera irrespetuosa con las instituciones y la vida de los ciudadanos. Biden está contribuyendo a fortalecer el monstruo del socialismo del siglo XXI que cada día se acerca más a la cuna de las libertades como lo es EEUU”
¿Cómo vamos a negociar con un régimen que apoya el terrorismo? Dentro del gobierno de Biden hay muchos que quieren levantar la política de sanciones y vieron en la actual situación el pretexto del petróleo…esto no tiene nada que ver con el petróleo, como han mencionado. Venezuela no tiene la capacidad de tener un impacto, en lo más mínimo, de tener un impacto, en el precio del combustible. Esta es una oportunidad que vieron para levantar las sanciones y premiar a una dictadura en detrimento del pueblo venezolano”, aseveró el legislador Rubio.
En entrevista con DIARIO LAS AMERICAS, Juan Fernández, expresidente de la Asociación Civil del Petróleo, y exdirector de varias empresas filiales de PDVSA enfatizó: “Yo comparto la opinión del senador Rubio, en Venezuela no hay la capacidad para exportar ese volumen de crudo y lo que pueden lograr en un corto plazo Chevron es suministrar alrededor de unos 300 a 400 mil barriles que irían para su propio sistema. Eso puede cubrir parcialmente las necesidades, pero además hay otros países que están en disposición de poder hacerlo como Colombia, que tiene crudos pesados, Canadá que uno de los principales exportadores de petróleo a EEUU y Arabia saudita”
La industria petrolera en Venezuela, desmantelada primero por el régimen de Hugo Chávez y ahora por Nicolás Maduro, es incapaz casi de responder al consumo nacional venezolano y algún que otro compromiso internacional que le queda. La producción de petróleo se ha desplomado de más de tres millones de barriles por día a un promedio de 600.000, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP y OPEP+). Con el respaldo de Irán y Rusia, en el 2022 aumentó sus registros. Aunque todo está comprometido y se utiliza para pagar compromisos crediticios o como regalías a La Habana.
“Para que Venezuela pueda alcanzar el rendimiento de antes se necesitan millones de dólares y muchos años”, añadió Rubio y anunció que “Si en noviembre tenemos mayoría (los republicanos) en el senado “claro que vamos a abrir una investigación para encontrar y revelar en que circunstancia se dieron estas negociaciones con Maduro”
Para Fernández, conocedor de primera mano, existe un interés muy grande desde el punto de vista monetario: “Chevron es la única empresa petrolera americana que todavía tiene asociación con Petróleos de Venezuela (PDVESA) ellos tienen un negocio muy relacionado con lo que se conoce como los crudos pesados, tanto crudos asfálticos como crudos pesados de la faja, que son insumo para refinerías en la costa del golfo. Desde el año pasado con la presión de los precios del petróleo por el desbalance entre oferta y demanda ellos han venido insistiendo con el gobierno de Biden…además hay otros factores que se suman: Uno son los inversionistas que tienen disponibilidad de recursos para invertir en el sector petrolero venezolano y que en este momento no tienen la posibilidad de hacerlo debido a las sanciones pero aseguran tener unos 500 millones de dólares en fondos privados, y los acreedores de deuda venezolana y PDVSA, que el régimen ha dicho que ellos están en posición de pagarles si no existieran las sanciones, esto hace un lobby muy fuerte en la Casa Blanca para movilizar y empujar este tema energético”.
¿Será el petróleo ese pretexto estilo caballo de Troya? ¿Qué se oculta tras bambalinas? Biden, celebró este miércoles la liberación de dos ciudadanos estadounidenses que estaban “injustamente” presos en Venezuela, pero más allá de las declaraciones a la prensa, la pregunta es ¿Cuánto comprometió en esta negociación con Caracas? ¿Seguirá el camino de sus ocho años de vicepresidencia, de entregar mucho y recibir poco? ¿Son los presos de EEUU en Venezuela el Alan Gross de la era Obama?
Fuente: Diario las Américas