En la frontera entre Chile y Bolivia, se están produciendo una serie de eventos preocupantes en las dos primeras semanas del 2024. Según un informe de El Mercurio, cada 72 horas, en promedio, se reporta un delito de alta connotación social en la ruta 11-CH, que conecta Arica con el país vecino.
Los ilícitos detectados por las autoridades abarcan desde la trata de personas hasta el tráfico de migrantes y de drogas. El alcalde de Arica, Gerardo Espíndola, señala en declaraciones al medio austral: “La ruta hacia Bolivia es motivo de gran preocupación. La presencia de delitos no es inusual, pero el problema radica en su evolución, ya que el crimen organizado va mutando, pasando de contrabando a la trata de personas, el tráfico de drogas y armas”.
Los monitoreos y pesquisas en esta extensa zona, que abarca 861 kilómetros y separa los departamentos bolivianos de La Paz, Oruro y Potosí de las regiones chilenas de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, en plena cordillera de los Andes, arrojan datos alarmantes.
De acuerdo con el mandatario local, Arica cerró el año pasado con la cantidad de homicidios más alta de su historia. Durante el 2023, se contabilizaron 37 muertes violentas. “Es un número alto para una ciudad tranquila” asegura.
Los crímenes no ocurren en lugares aislados sino en comunidades y vías públicas como el doble homicidio que atemorizó en nochebuena a los vecinos de la intersección de los pasajes Cotacotani con Saxamar, en la población San José.
En una espiral de violencia
La creciente violencia en la frontera entre Chile y Bolivia ha sido alimentada por el “descuido” de la zona, permitiendo la entrada sin restricciones del crimen organizado, según Espíndola. Los efectos ya son evidentes, como la reciente incautación de un importante cargamento de drogas proveniente de Bolivia. Este contrabando, escondido ingeniosamente en una viga de madera nativa de más de 500 kilos, tenía como destino el Medio Oriente y fue descubierto hace tres meses.
La Unidad de Análisis Criminal de la Fiscalía de Arica, en colaboración con Carabineros y Aduanas de Arica, desentrañó el contenido del contenedor que tenía como destino los Emiratos Árabes. Se encontraron 1,5 millones de dosis de clorhidrato de cocaína, valuadas en aproximadamente 644 millones de pesos en Chile. Sin embargo, este valor se triplica al considerar el destino, donde 1 gramo de cocaína tiene un valor de 411 dólares al desembarcar.
La atracción de Arica para actividades ilícitas es innegable. De hecho, René Sanabria Oropeza, exjefe antinarcóticos del gobierno del expresidente socialista, Evo Morales, fue detenido por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, sigla en inglés) por negociar en la zona el trafico de 144 kilos de cocaína hacia suelo estadounidense.
Junto a la banda de Foronda Azero, el alto funcionario de Morales envió la carga al puerto de Miami, escondidos en un contenedor con rocas de zinc que fue trasladado desde Bolivia al puerto de Arica, en Chile, y luego embarcado con destino a la ciudad estadounidense. Supuestamente, el general retirado y Foronda Azero iban a recibir 2.500 dólares por cada kilo.
La zona de Evo
Bolivia es un vecino complejo para Chile considerando que es el tercer productor mundial de coca, sólo superado por Colombia y Perú con 300 toneladas puestas en el mercado ya no con “pasta base” de la droga, sino también el clorhidrato o la cocaína refinada.
Las estadísticas de enero son alarmantes. Jaime Mamani, viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, informó que en el transcurso de enero ya incautaron 100 kilos de droga y contaron 12 detenciones en operativos diferentes que restaron 267.200 dólares estadounidenses a las bandas.
El operativo contra el narcotráfico más reciente, después de 16 años en la conocida “zona roja” de la provincia del Chapare, en Cochabamba y logró destruir de 25 laboratorios móviles utilizados para la fabricación de cocaína. El lugar es el bastión político del exmandatario.