viernes, noviembre 22, 2024
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Canal interoceánico de Daniel Ortega se quedó en cuento chino

Después de una década sin ningún avance en la construcción del Canal Interoceánico de Nicaragua, el dictador sandinista, Daniel Ortega, retiró la concesión del megaproyecto al empresario chino, Wang Jing, tras su compañía Xinwei Group declararse en la quiebra.

El futuro de la obra es incierto después del conglomerado de Jing haber sido suspendido de la Bolsa de Valores de Shanghái por “movimientos financieros irregulares” que provocaron una estafa de 31 000 millones de dólares junto a otras deudas.

Según La Prensa el empresario chino a cargo de Hong Kong Nicaragua Development ( HKND por sus siglas en inglés) inscrita con 1290 dólares de capital “desapareció del mapa”. La estampida obligó a Ortega a reformar la Ley 840, con la cual le entregó una “concesión exclusiva” para operar y gozar de ganancias durante 50 años, así como la posibilidad de prorrogar por 50 años más el manejo a cambio del pago de 10 millones de dólares durante diez años.

Proceso amargo
La Asamblea Nacional de Nicaragua a favor de Ortega reformó con “urgencia” la normativa para eliminar a la actual junta directiva de la Autoridad del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua y nombrar al ministro de Transporte de Infraestructura, Oscar Mojica, el nuevo presidente de esa entidad.

El vicepresidente será un delegado nombrado por Ortega para la Costa Caribe, mientras el secretario será el asesor para las inversiones, comercio y cooperación internacional de la Secretaría de la Presidencia de Nicaragua e hijo del dictador, Laureano Ortega Murillo.

La trilogía de funcionarios estará facultada para coordinar con las autoridades competentes lo relativo a la planificación u operación del Gran Canal de Nicaragua y de “aprobar y promover la representación de la Autoridad en sociedades o corporaciones, nacionales o internacionales, ya sean privadas, estatales o mixtas”.

Atrás quedó “la fe en el proyecto” que Jing manifestó a Ortega en una carta pública. Aunque expresó que el Grupo HKND creía “firmemente que bajo el liderazgo del presidente Daniel Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo y el compañero Laureano Ortega, el pueblo nicaragüense continuará promoviendo el progreso social y el desarrollo económico de Nicaragua superando todas las dificultades en el camino” sus palabras resuenan a engaño.

Más poder frustrado
Ortega pretendía tener a su disposición una vía en el mapa del transporte internacional no sólo para facilitar el comercio global cuando se registran atascos en el Canal de Panamá y prevalece la crisis del Canal de Suez sino para agregar más poder e influencia en el extranjero a su régimen sandinista.

El plan del mandatario estimó la implementación de un marco jurídico especial, con inmunidad a las leyes nicaragüenses mientras los descendientes de Wang serían los dueños del Canal hasta el año 2129.

Si bien estableció, 16 años para la construcción de la vía cuando la adjudicó al empresario asiático en 2013, hasta ahora no hay ningún avance de la obra que contaría con una longitud de 278 kilómetros, entre 230 y 520 m de ancho y hasta 30 m de profundidad.

Ortega fue ambicioso. Ese tamaño implicaba que el Canal interoceánico triplicaría el largo que el Canal de Panamá, que ronda los 80 km, y superaría los 193 km de el de Suez. Frustrado en papel están los 5.100 barcos graneleros y petroleros de 400.000 toneladas que el mandatario calculó que transitarían cada 30 horas.

Reimpulsar el proyecto es casi imposible en la actualidad considerando que en 2014 se cotizó en 50.000 millones de dólares. También luce poco probable generar los 50.000 empleos directos y 200.000 indirectos que tasó. La radicalidad del mandatario hunde las posibilidades al espantar a los capitales extranjeros.

Fuente: Panampost

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