Luego del debate en el que Jair Bolsonaro confrontó a Luiz Inácio Lula da Silva por sus innegables vínculos con los regímenes autoritarios de la región y por haber encabezado «el gobierno más corrupto de la historia», el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) ha empezado a experimenta una pérdida en la intención de voto que lo lleva a despedirse de la posibilidad que le daban algunas encuestas de poder arrebatarle el poder al presidente Bolsonaro en primera vuelta.
El exmandatario izquierdista evitó refutar directamente todos los argumentos que expuso Bolsonaro en el debate televisado. El caso Petrobas, planes sociales deficientes de su antigua gestión, así como su respaldo a las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua solo recibieron como respuesta la aseveración sin argumentos de que todo era «mentira». Eso parece haberle jugado en contra a la candidatura de Lula.
La encuesta hecha entre el 30 de agosto y el 1 de septiembre por Datafolha revela que el exmandatario pasó de tener 47 % de intención de voto a 45 %. Con esta caída, la firma descarta la posibilidad de que gane en primera vuelta.
Al evaluar los posibles votos válidos, la encuestadora estima que Lula no lograría superar el 48 %. Esa fotografía derrumba la que tomó la encuestadora del 16 al 18 de agosto pasado, cuando le daba 51 %. En consecuencia, se cierra la posibilidad de victoria en la primera jornada electoral.
Dos discursos antagónicos
El resultado de las elecciones en Brasil no solo determinará el modelo político de los próximos cuatro años en el gigante sudamericano sino que además definirá el futuro de una región que ha venido girando a la izquierda.
Bajo ese contexto, el PT busca a toda costa la victoria de la candidatura de Lula da Silva, quien pasó a ser el principal adversario del presidente Jair Bolsonaro. A pesar de que existen otras candidaturas, son ellos dos los que polarizan la campaña. Otro dato importante que arrojó la encuesta es que el PT perdió ocho puntos en São Paulo.
Mientras tanto, el presidente conservador mantiene un invariable 32 % de apoyo, según Datafolha, al tiempo que el país reporta indicadores positivos producto de su gestión. Eso será un motor importante para seguir socavando la base de apoyo de Lula y conseguir la reelección. Por ejemplo, en los últimos 12 meses la economía creció 3,2 %, superando las expectativas de 2,8 %, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Esto sucede por la reanudación del empleo, según expertos.
Por otro lado, el presidente Bolsonaro continúa su campaña basaba en temas como los valores de la familia, la seguridad alimentaria y la producción con independencia para «trabajar con seguridad». No obstante, Lula tiene una opinión diferente. En una entrevista a finales de agosto dijo que «la agroindustria es fascista y derechista». Su referencia fue directamente contra agricultores que apoyan la reelección del presidente.