Miguel Ángel Rodríguez,
Con la fanfarria propia de las cumbres de jefes de estado y de gobierno y con a ilusión de recibir al Sr. Presidente recién electo de Brasil se reunió la Celac en Buenos Aires.
La Declaración de Buenos Aires con sus cien puntos de consenso y once declaraciones especiales es un ejercicio en ilusionismo latinoamericano.
El catálogo de demandas es muy considerable, la declaración abstracta de apoyos es grande, y los temas muy variados.
Se lamentan algunas realidades. Se proclaman deseos. Por el catálogo de esa Declaración desfilan: la integración de América Latina y el Caribe, la paz, la cooperación internacional, el multilateralismo, el respeto a la integridad territorial, la no intervención, el desarrollo sostenible, la pandemia y su recuperación, la pobreza, la desigualdad, las cadenas de valor internacional, la volatilidad de precios de los alimentos, la inflación, la posible recesión mundial, los camélidos, las políticas de salud, la transición energética, los riesgos naturales, la ciencia y la tecnología, la transformación digital, las tecnologías de información y comunicación, las brechas en contra de las mujeres, las desigualdades de géneros, la violencia doméstica y la inequitativa distribución del trabajo de cuidados, la participación de las juventudes, los derechos de las personas afrodescendientes, las lenguas indígenas, la educación, la discapacidad, la cultura, la cooperación entre academias diplomáticas y en materias espacial y nuclear, la corrupción.
Hay algunas pocas acciones que se proponen, generalmente nuevas reuniones para seguir aprobando generalidades.
Integración como declaración se valora, pero no hay ninguna referencia a acciones para establecer el libre comercio desde Algodones en Baja California hasta la Península Brunswick incluyendo las Islas del Caribe.
La falta latinoamericana de sentido práctico la compensamos con grandilocuencia, pero la belleza del realismo mágico no construye bienestar material, ni saca de la pobreza.
Con justa razón el Presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou se quejó señalando que se requería pasar a la acción y que integración no era lo mismo que libre comercio, que se “debieran sincerar las relaciones y que desde Celac se impulse una zona de libre comercio entre nuestras naciones”. Declaró: “Practiquemos con la acción lo que decimos en nuestros discursos”.
La vorágine de temas tratados genera quejas y apoyos, pero la libertad solo se menciona una vez en relación con la navegación y el tránsito de las embarcaciones, bienes y personas por los ríos internacionales.
La eficiencia también recibe una sola mención con relación a la hidrovía Paraguay-Paraná.
Hay que reconocer que se manifiesta el «más firme compromiso con la preservación de los valores democráticos y con la vigencia plena e irrestricta de las instituciones y del Estado de Derecho en la región; el acceso a las funciones públicas y su ejercicio; y el respeto a las facultades constitucionales de los distintos poderes del Estado y el diálogo constructivo entre los mismos; la celebración de elecciones libres, periódicas, transparentes, informadas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; la participación ciudadana, la justicia social y la igualdad, la lucha contra la corrupción, así como el respeto a todos los derechos civiles y políticos reconocidos en los instrumentos internacionales aplicables».
Pero solo se menciona la democracia dos veces en términos generales y una en relación con la cultura. Se menciona otra vez el estado de derecho en términos generales y en una tercera vez en relación con las redes sociales y su amenaza. Se menciona 10 veces los derechos humanos: una vez en términos generales de apoyo al igual que a la democracia y al estado de derecho, una vez con relación a los créditos internacionales para el desarrollo, otra con relación drogas ilegales, otra respecto a migración, y dos veces con relación a tecnologías de información y comunicación, a educación y a personas con discapacidad.
Los presos políticos, las violaciones a la vida y a la libertad de sus ciudadanos perpetradas por la policía, lo militares, los paramilitares y los funcionarios de gobiernos sentados a la mesa de Celac no se mencionan. Los asesinatos de manifestantes pacíficos, los aislamientos inhumanos y las torturas a presos políticos en el Chipote de Ortega y Murillo, el Helicoide de Maduro, y el Combinado del Este del régimen castrista no merecen comentario. Tampoco los encarcelamientos sin ningún debido proceso y en condiciones infrahumanas de presuntos integrantes de maras en El Salvador.
No hay declaraciones sobre los millones de personas que por las acciones de sus gobiernos deben abandonar en terribles condiciones sus países para buscar alimento y libertad.
Tampoco hay referencia a la libertad de prensa, y mucho menos a los atropellos perpetrados por gobiernos que incautan medios de comunicación, les impiden a periódicos acceso al papel y a las estaciones de radio y televisión uso del espectro electromagnético para que no puedan difundir sus informaciones, encarcelan a sus directores y periodistas, o los expulsan de sus países.
Las acciones contra jueces y tribunales independientes no aparecen por ninguna parte.
Nada expresa la declaración sobre los procesos electorales que se realizan encarcelando a los candidatos de oposición, proscribiendo el funcionamiento de los partidos políticos adversos al gobierno o burlando los deseos del electorado con fraudes en las elecciones. Ni una palabra al respecto.
La Presidenta de ODCA Mariana Gómez del Campo presentó una exhortación a Celac para que “aborden el tema y se tomen acciones contra los crímenes de lesa humanidad perpetrados por los gobiernos autoritarios de la región. Tal como son Cuba, Nicaragua y Venezuela…”
Cuba se menciona para repudiar el bloqueo que como tal no existe, aunque si unas limitaciones parciales al comercio impuestas por los EEUU que han sido ineficaces, y para felicitarla por presidir el Grupo de los 77.
A Venezuela se la menciona para felicitarla por el proceso de dialogo en curso, que tantas veces ha sido un engaño.
Nicaragua no se menciona.
Ilusionismo es entretener con apariencias, y disfrazar la realidad.