«Por supuesto, con el respeto debido, cuando uno ve que en determinados países no hay una democracia plena; cuando no se respeta la separación de poderes; cuando desde el poder se usa el aparato represor para callar las protestas; cuando se encarcelan opositores; cuando no se respetan los derechos humanos; nosotros en esta voz tranquila, pero firme, debemos decir con preocupación que vemos grave mente lo que ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela», dijo el mandatario.
En tanto, su par paraguayo también resaltó que su presencia en Ciudad de México no significa un cambio de postura de su gobierno frente al régimen de Nicolás Maduro.
«Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento del gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente», indicó.
En su respuesta a esos cuestionamientos, Maduro invitó a los países de la región a ser testigos de los comicios municipales que se realizarán el 21 de noviembre próximo, en los que la oposición participará luego de tres años de boicot electoral.
«¡Vayan! (…), vean al dictador Maduro cómo convoca a la elección número 29 (…), toda la oposición se ha inscrito. Bienvenidos y que gane quien tenga que ganar», dijo.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela convocó a unas elecciones de alcaldes y gobernadores, que se realizarán en noviembre, de las que aún no hay las garantías necesarias para que sean consideradas libres y justas.
Asimismo, Maduro respondió a Lacalle Poy y Benítez haciéndoles un exhorto para convocar un debate sobre la democracia en la región latinoamericana.
«Le digo al presidente de Paraguay: ¡ponga usted la fecha, el lugar y la hora para un debate sobre la democracia en Paraguay, en Venezuela y América Latina! (…). ¡Ponga usted, presidente Lacalle (de Uruguay), la fecha y el lugar!», expresó Maduro en su discurso ante la plenaria de la CELAC.
De esa manera, Venezuela volvió a ser el punto de choque entre países de la región, que se dividen entre el reconocimiento a Maduro o al opositor Juan Guaidó como gobernante encargado de la otrora potencia petrolera.
Guaidó es reconocido como presidente interino por medio centenar de países, encabezados por Estados Unidos, aunque Maduro mantiene el control territorial e institucional con apoyo de los militares de Cuba, Rusia y China.
Durante el pleno de la CELAC, el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, salió en defensa de Maduro y condenó una vez más las sanciones económicas de Estados Unidos contra Caracas y La Habana.
El ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, arremetió contra Argentina y Estados Unidos, a quien acusó de «prácticas injerencistas», mientras desde Buenos Aires le han recordado que evitaron «hace poco» su suspensión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En su discurso en la cumbre, Moncada condenó la imposición de sanciones desde Washington que son un «mecanismo más de desestabilización política, económica y social», además de una «alianza con el agresor» (Estados Unidos) por parte de Argentina que «atenta contra la unidad, el desarrollo y el futuro de paz, seguridad y progreso» de la región.
«Condenamos, rechazamos todos los intentos perversos de destruir a los pueblos y revoluciones de Cuba, Bolivia, Venezuela y Nicaragua», dijo, tras criticar que se trata de «menoscabar la soberanía y el derecho de los pueblos a su autodeterminación».
«Argentina no es un pueblo al que nosotros respetamos», ya que «el Gobierno argentino se ha convertido en un instrumento del imperialismo norteamericano subordinándose a sus intereses hegemónicos», consideró Moncada, negando por tanto el voto para la presidencia pro témpore del organismo para Argentina, algo que, no obstante, no estaba en la orden del día.
Por su parte, en respuesta a las acusaciones vertidas por Managua, el ya exministro de Exteriores argentino, Felipe Solá, las rechazó asegurando que son «falsas».
«Argentina no ha acompañado ninguna de las iniciativas que han apuntado a aislar al Gobierno de Nicaragua. No lo hemos hecho convencidos de que no es la manera», tras recordar a Moncada que «hace poco» bloquearon el intento de «la secretaría general de la OEA».
Críticas a la OEA
Los cuestionamientos a la OEA también estuvieron presentes durante la cumbre. El primero en levantar la voz contra el organismo hemisférico fue el presidente de Bolivia, Luis Arce, quien afirmó que “en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática, actúa en contra de los principios de la democracia”, y sostuvo que “su creciente injerencia en los asuntos de los estados no contribuye a la solución pacifica de las controversias”.
El presidente Manuel López Obrador se expresó a favor de una transformación de la OEA, mientras que su canciller Marcelo Ebrard fue más fuerte planteando, incluso, que ya es hora de decirle “adiós OEA en su sentido intervencionista, injerencista y hegemonista y que venga otra organización que construyamos políticamente en acuerdo con Estados Unidos”.
Arce instó a los miembros del bloque al fortalecer la Celac para enfrentar las deficiencias de la OEA. Desde su creación, en el 2010, en el foro regional se han promovido iniciativas para tratar de reformar a la OEA, pero ninguna ha prosperado debido a la falta de consenso entre los 32 miembros del bloque.
Una nueva relación
En la apertura, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pidió a Washington el fin de las políticas de embargo, y propuso una “nueva y vigorosa relación entre los pueblos de América” y que junto a Estados Unidos y Canadá se diseñe un tratado para fortalecer el mercado interno en el continente y crear “algo parecido a lo que fue la comunidad económica que dio origen a la actual Unión Europea”.
“Me parece que es tiempo de sustituir la política de bloqueos y malos tratos por la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar nuestras soberanías”, afirmó López Obrador, cuyo país está intentando un rol de liderazgo en Latinoamérica.
Dirigiéndose a Joe Biden, el mandatario mexicano se preguntó si su par estadounidense lograría el apoyo del Congreso de su país si destina recursos en beneficio de los pueblos de la región para reducir la desigualdad y la violencia que aseguró son las causas del creciente flujo de migratorios que ha generado dolores de cabeza en los últimos meses a Washington.
“Imaginemos, por ejemplo, el gesto de buena voluntad que significaría otorgar vacunas a la mayoría de los países de América Latina y el Caribe que no han podido proteger a sus pueblos frente al COVID por falta de recursos económicos”, agregó.
Ebrard también dijo al final de los debates que se llegó a una posición conjunta para pedir al Fondo Monetario Internacional (FMI) que “se tenga acceso a recursos en el corto plazo y se reduzca el peso de la deuda” de los países de la región.
Asimismo, anunció que con el apoyo 18 de los 32 miembros se “instituyó la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio”, se conformó un fondo para hacer frente a los efectos del cambio climático en la región que tendrá 15 millones de dólares para activarlo y se aprobaron los lineamientos y propuestas para un plan de autosuficiencia sanitaria para acelerar el acceso a las vacunas contra el coronavirus.
Fuente: Diario las Américas