Chile está dividido entre quienes anhelan cambios sociales y quienes desconfían de la propuesta constitucional aunque las encuestas muestran una tendencia al rechazo.
Casi tres años después del estallido social de 2019, Chile realizará este 4 de septiembre la última de las tres votaciones para el plebiscito de su proceso de cambio constitucional.
El texto, que marcaría el comienzo de cambios fundamentales en el país, describe a Chile en su primer artículo, como un «Estado social y democrático», así como «plurinacional, intercultural y ecológico».
El gobierno del presidente progresista Gabriel Boric asumió en los últimos días un rol más activo en defender la propuesta, lo que motivó a la Contraloría a anunciar que investigará un supuesto intervencionismo electoral, principalmente respecto a una campaña informativa del ministerio de la Secretaría General del Gobierno, encabezado por la portavoz Camila Vallejo.
Ante este anunció, el presidente Boric reaccionó y dijo que la «Contraloría tiene que hacer su plan de fiscalizar y nosotros cumplir con el mandato que nos otorga la ley de contraloría, por tanto que las instituciones funciones y que una fiscalice a otra y están disponibles para colaborar es algo que a mi me parece deseable».
El fin de semana, la firma privada Cadem dijo que el rechazo subió solamente un punto a 48 % de los votos y la aprobación perdió un punto bajando al 38 % de las preferencias. El presidente Boric sostiene que el único esfuerzo de su gobierno ha estado centrado en informar a la ciudadanía.
«Lo que hemos hecho de repartir el ejemplar de proyecto de la nueva Constitución es justamente informar. Yo he dicho y ustedes saben que ambas opciones son legítimas y la gente tiene que decidir», señaló el mandatario.
En los últimos días, además, la expresidenta socialista Michelle Bachelet, que está terminando su periodo como jefa de la oficina de derechos humanos de la ONU, respaldó la propuesta constitucional.
El analista político Cristóbal Bellolio dijo que a esta altura del proceso está demostrado que la intención de voto por la opción apruebo está vinculada al respaldo al propio gobierno, que cayó drásticamente en los primeros meses tras asumir en marzo, pero se ha ido recuperando.
«Ya el gobierno se está jugando por completo por tratar de subir su popularidad en estas semanas», dijo Bellolio, enumerando recientes anuncios sociales como ingresos familiares directos o ampliación de accesos a la salud pública, en un intento de remontar un panorama hasta ahora desfavorable.
En el horizonte se vislumbran, además, algunos planes en caso de que gane la opción de rechazar la propuesta que busca reemplazar la constitución heredada de la dictadura militar.
En el Congreso avanza una iniciativa para rebajar las exigentes mayorías que requiere reformar la constitución actual, mientras por otro lado el propio gobierno ha reconocido que hay aspectos de la propuesta que podrían ser eventualmente cambiados, aunque no se ha comprometido con ningún cambio específico.
El miércoles 6 de julio comenzó oficialmente la campaña para el plebiscito sobre la propuesta de la nueva Constitución chilena. Por su parte, los chilenos tienen un mes para estudiar y debatir los 388 artículos que contiene el borrador de la nueva Constitución del país antes de ir a las urnas.
Desde las elecciones municipales de octubre de 2012, el voto en el país ha sido voluntario, sin embargo, para el Plebiscito del 4 de septiembre será obligatorio. Esto significa que más de 15 millones de votantes habilitados en el padrón definitivo deben concurrir a las urnas.
Fuente: La Voz De América