«Actualmente, las inversiones de China en los sectores de energía e infraestructura de América Latina son significativas. En general, el interés de las empresas chinas en invertir en México es amplio, no se limita a ciertas áreas. Está determinado en gran medida por las condiciones de seguridad para las inversiones que se crean en el mercado mexicano», apuntó el experto.
De acuerdo con Fan Hesheng, los esfuerzos por parte de México para garantizar la seguridad de la inversión en el país «encontrarán una reacción correspondiente» por parte de China, país que tiene un interés «potencialmente alto» en trabajar con el país norteamericano.
En el marco del Día de China, conmemorado en un acto oficial en Ciudad de México el 13 de enero, el embajador de México en China, José Luis Bernal, detalló que al menos tres compañías automotrices chinas están listas para comenzar a fabricar automóviles en México o expandir las operaciones que ya se llevan a cabo en el país. Se trata de Changan Motors y BYD Auto, que todavía no poseen instalaciones de producción en México, y Anhui Jianghuai Automobile Co. —conocida como JAC—, que considera expandir su negocio en el mercado local.
El día anterior, el 12 de enero, el banco mexicano Grupo Financiero Banorte anunció la firma de un acuerdo con Sinosure, una compañía de seguros china, para la financiación de proyectos relacionados con importaciones de China a México. Según los términos del acuerdo, Banorte Bank otorgará préstamos a empresas mexicanas y otras organizaciones que deseen adquirir bienes o servicios chinos. Sinosure, a su vez, proporcionará a Banorte seguros y garantías de crédito para apoyar las exportaciones chinas a México.Según la ministra mexicana de Economía, Graciela Márquez, la ratificación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) reactiva el interés de China, no solo en términos de exportación, sino del propio mercado mexicano. Para Alexandr Jarlamenko, experto del Instituto de América Latina de la Academia Rusa de Ciencias, este es precisamente el motivo que determina en gran medida el crecimiento de la influencia china en México.
«Para China, México, en primer lugar, es una ventana al sistema de integración de América del Norte. Esta no es solo una de las esferas de influencia de China en el continente debido al desarrollo de las relaciones chino-mexicanas. Ahora México es para China una parte integral de toda la economía de América del Norte», apuntó el experto.
Jarlamenko puso de relieve que una gran cantidad de sucursales de corporaciones multinacionales norteamericanas transfirieron parte de su proceso de fabricación a México. Lo que convirtió el mercado mexicano en «una parte de la economía estadounidense para China, y no solo una parte de las relaciones económicas exteriores tradicionales».
«Esto le da a China ciertas oportunidades para superar las barreras del proteccionismo, eludir las sanciones, a las que recurre cada vez más Estados Unidos», puntuó el experto.
El fomento de la revitalización de las empresas e inversiones chinas por parte de México con el objetivo de diversificar la economía mexicana ciertamente causará un choque de intereses entre China y Estados Unidos en este país, una competencia intensificada por nuevos nichos en el mercado. Según Jarlamenko, la intensificación de las contradicciones afectará a la parte del capital estadounidense que está interesada en mantener altas barreras al comercio y apoya las sanciones y el proteccionismo de Donald Trump. Existe, sin embargo, otra parte del capital estadounidense, una que está interesada en desarrollar vínculos de integración no solo con México, sino también con la región de Asia y el Pacífico a través de México y, por lo tanto, con China.