China, la potencia mundial, ha salido muy fortalecida luego del COVID-19 y pretende hacerse con la matriz energética y el registro civil chileno, entre otros. Lo cual aunque fuera más barato podría ser una política muy poco conveniente y nos podría costar muy caro a largo plazo. Ya lo hizo en Europa, ahora viene a colonizar Chile.
Convengamos que el gigante asiático fue bastante mezquino en la entrega de información del coronavirus y esa misma desprolijidad llevó a una situación de pandemia incontrolable. Si hubiesen avisado a tiempo el mundo podría haber tomado medidas a tiempo y se hubiesen salvado muchas vidas.
China tiene un modelo económico parasitario, el cual crea empresas chinas en el resto del mundo, para contratar chinos para vender productos fabricados por chinos y vender en China. Las utilidades de estas empresas las depositan en bancos chinos y todos esos recursos quedan en China, es decir, se queda con todas las divisas de la economía mundial y con eso pretende comprar el resto del mundo, ergo su soberanía.
Dar acceso a la información de todos los chilenos es algo peligroso, y dado el carácter totalitarista del sistema político chino, es aún más complejo. Ya que si bien es una de las economías más abiertas del mundo, el hermetismo interno es inédito y el control sobre la sociedad civil es asfixiente. En China no existen ni siquiera leyes sociales y hay hasta puntajes a los ciudadanos; por nombrar solo algunos ejemplos de este régimen totalitario.
Lógicamente muchos dirán que no es China y son capitales chinos, estarán en lo cierto. Pero existe una línea inexistente entre capitales chinos y China, dado su régimen político intervencionista, siendo la única economía del mundo libre que compite con tipo de cambio fijo.
Lo último es que han dado casi una propaganda de marketing a la vacuna e incluso tendremos una planta de fabricación en nuestro país.
Nada es gratis y el gigante asiático lógicamente está invirtiendo en industrias estratégicas, no por bondad o por realizar un rol social, claramente nos pasará la cuenta: depender de China.
Fuente: PanamPost