Los incidentes más graves tuvieron lugar en Sacaba, un poblado en la región central de Cochabamba, y en Senkata, un barrio de la ciudad de El Alto, vecina de La Paz.
Un informe preliminar de la CIDH, un ente autónomo de la Organización de Estados Americanos, estableció que hubo 35 muertos.
Las autoridades bolivianas dijeron inicialmente que tal investigación se focalizaría en los sucesos de Sacaba y Senkata, pero en un comunicado, la CIDH explicó que «su trabajo no está limitado a hechos específicos y puede alcanzar distintos actos de violencia y violación a los derechos humanos cometidos durante el periodo asignado».
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) está integrado por Julián Burger, Magdalena Correa, Juan Méndez, Patricia Tappatá Valdez y Marlon Weichert. Asimismo, Jaime Vidal fungirá como secretario ejecutivo.
La CIDH anotó que los investigadores «cuentan con garantías de autonomía e independencia para asegurar el derecho a la verdad e identificar debidamente a los responsables de violaciones de los derechos humanos».
El ministro Lima remarcó el compromiso gubernamental de que tanto las «Fuerzas Armadas como la Policía y los organismos judiciales entreguen toda la información pertinente» para llegar a la verdad de los hechos.
Los expertos tienen programados encuentros con víctimas y testigos, autoridades, así como con organizaciones de la sociedad civil.
Lima explicó que, si bien los expertos entregarán un informe con recomendaciones, «la palabra final la tendrá la justicia boliviana» que dictará las sentencias correspondientes.
La convulsión social del año pasado precipitó la renuncia del entonces presidente, Evo Morales (2006-2019), quien salió al exilio. El exmandatario volvió a Bolivia este mes tras la asunción en la presidencia de su copartidario Luis Arce.
Fuente: Diario las Américas