BOGOTÁ.- Colombia está intentando dar un nuevo aliento a la apuesta diplomática, junto a Brasil y México, para mediar en la resolución de la crisis postelectoral de Venezuela, luego que las autoridades electorales dieran ganador a Nicolás Maduro sin pruebas, mientras la oposición denunciara fraude y mostrara las actas que certifican que el triunfo fue de Edmundo González Urrutia, ahora presidente electo.
El personal diplomático colombiano trabaja para poner al teléfono a Maduro y al presidente colombiano Gustavo Petro, considerado uno de sus aliados, según dijo Jorge Rojas, viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia.
Esa llamada, que generó expectativa desde hace varias semanas, se podría dar en los “próximos días”, según el funcionario que participa en los acercamientos.
Inicialmente, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, había planteado a la prensa la posibilidad de una reunión virtual entre Petro, Maduro y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pero el encuentro quedó en vilo luego de que Colombia y Brasil advirtieran a principios de septiembre su preocupación por una orden de detención contra González Urrutia, quien finalmente se exilió en España.
Varios gobiernos extranjeros, incluido Estados Unidos, y sectores de oposición en Venezuela, consideran que González Urrutia es el legítimo ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio. La oposición recolectó al menos un 84% de las actas de las mesas de votación que darían la victoria 2 a 1 a González Urrutia sobre Maduro, quien buscó su tercer mandato.
Las autoridades electorales venezolanas, por su parte, siguen sin publicar las actas más de un mes y medio después de la elección. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del país avaló el supuesto triunfo de Maduro, a pedido de éste mismo, pero en un proceso opaco, en el que no se mostraron las actas ni el procedimiento que se usó para supuestamente verificar la votación.
Entretanto, el presidente Petro confirmó en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU, que este miércoles tendrá una reunión con su homólogo brasileño para evaluar el trabajo conjunto por la situación de Venezuela.
“(…) Esperemos un comunicado conjunto de factores que se tienen que decidir. En este momento la misma gobernanza entra en decisión popular. Hay que esperar quién será el próximo o la próxima presidente de los Estados Unidos y con ese nuevo gobierno construir una salida política para los problemas de Venezuela”, dijo, reseñó la W Radio.
Solo propuestas
Colombia, Brasil y México no han querido dar pronunciamientos que los comprometan en declarar un ganador, como una forma de mantener abierta la posibilidad de mediar en la tensión y de ser interlocutores entre Maduro y las fuerzas de la líder opositora María Corina Machado. Una puerta que aunque parece no haberse cerrado, tampoco ha dado resultados visibles cuando están por cumplirse dos meses desde los comicios.
Los tres países han pedido públicamente al Consejo Nacional Electoral (CNE) mostrar las actas de la elección presidencial desglosadas por mesa de votación. Sin embargo, la autoridad electoral venezolana sólo ha dado cifras globales de los resultados: 6.4 millones de votos para Maduro, frente a los 5.3 millones del opositor.
Petro y Lula también han sugerido que están de acuerdo en que se vuelvan a realizar las elecciones, lo que tampoco tiene consenso en Venezuela. “A Maduro todavía le quedan seis meses en el cargo. Si tiene sentido común, podría hacer un llamado al pueblo de Venezuela, quién sabe incluso convocar nuevas elecciones”, propuso el mandatario brasileño semanas atrás.
Su par colombiano, además, baraja otras opciones como replicar en Venezuela un acuerdo político hecho en Colombia en el siglo pasado en el que los partidos tradicionales y antagonistas del país se turnaron el poder, luego de brotes de violencia.
Con el pasar de los días, las propuestas de los países vecinos no han derivado en acuerdos entre Maduro y sus opositores y se han sumado más tensiones, como la salida al exilio de González Urrutia, quien desde España denunció que para poder salir de Venezuela, donde tenía una orden de detención, altos funcionarios del gobierno lo coaccionaron a firmar una carta en la que reconoce su derrota.