«Hemos recibido una nueva propuesta (…) Confío en que sea una propuesta que haga razonabilidad, que tenga en cuenta los intereses, pero que principalmente nos aseguremos de que se acaben los bloqueos», advirtió en un video a medios Emilio Archila, Consejero para la Estabilización y la Consolidación.
Los choques, que involucraron a manifestantes, policías y civiles armados hasta con fusiles, llevaron al presidente a ordenar el despliegue de tropas en la tercera ciudad de Colombia y en otros puntos del país.
«Es esencial que todas las personas que presuntamente causaron lesiones o muerte, incluidos funcionarios del Estado, estén sujetas a investigaciones rápidas, efectivas, independientes, imparciales y transparentes, y que los responsables respondan ante la ley», pidió Bachelet.
Un mes después del estallido social que detonó la idea ya descartada del gobierno de subir impuestos en plena pandemia, el país luce fracturado, con una policía muy cuestionada por la represión en las calles y civiles armados actuando por su cuenta.
En este tiempo han muerto al menos 59 personas y hay más de 2.300 heridos, según un conteo efectuado a partir de reportes de autoridades civiles. Dos de los fallecidos son uniformados.
Marchas de blanco
A pesar del gran apoyo popular que han recabado las protestas, una parte de la población está poniéndose en contra precisamente por los cortes de carreteras y las marchas cotidianas.
En Bogotá, Medellín y otras ciudades, miles se movilizaron este domingo vestidos de blanco y con pancartas que pedían «paz» y «no más bloqueos». También llevaban camisetas con leyendas como «yo protejo mi país» y varios tuvieron altercados con quienes apoyan el movimiento de protesta.
«Nosotros hoy salimos a marchar pacíficamente para pedir que termine el paro y volvamos al trabajo (…), todo el cierre de vías y bloqueos está afectando a la economía nacional y está generando mayor pobreza», dijo a la AFP Bernardo Henao, abogado y ganadero de 63 años.
Aunque afirmaron lamentar la violencia que implicó a civiles armados en Cali, algunos manifestantes advirtieron sobre una posible expansión del fenómeno.
«Cuando el atentado es contra la vida, la gente tiene derecho a defenderse (…) Hay que entender que las personas protegen al país y se protegen a sí mismas», argumentó Álvaro Aparicio, empresario del sector financiero de unos 60 años.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo de la OEA, instó en Twitter al Estado «a investigar pronta y diligentemente» las denuncias sobre ataques provenientes de civiles contra los manifestantes, «y sancionar a los responsables».
Duque tensó todavía más el pulso con el decreto de «asistencia militar» que firmó el viernes en la noche y faculta al ejército a apoyar labores de policía.
Unos 7.000 soldados fueron desplegados en diez departamentos en donde los manifestantes llevan a cabo cierres viales.
Fuente: Diario las Américas