El presidente del Senado colombiano, Juan Diego Gómez, afirmó que algunas irregularidades denunciadas en la Registraduría Nacional del Estado Civil, órgano electoral en ese país, podrían verse como la ‘cuota inicial’ de un eventual fraude en los comicios presidenciales de primera y segunda vuelta en esa nación sudamericana.
En declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMÉRICAS, el senador se refirió a situaciones que calificó como “irregularidades” en el contexto de las elecciones legislativas del 13 de marzo, que beneficiaron al Pacto Histórico con alrededor de 600.000 votos, alianza que respalda al candidato presidencial de la izquierda, Gustavo Petro.
“Claramente, lo que hay aquí es toda una preparación de un posible fraude para el 29 de mayo”, advirtió Gómez, a lo que agregó que el registrador colombiano, Alexander Vega, debe ser reemplazado por un funcionario ad hoc a raíz de diferentes anomalías ya investigadas por las autoridades competentes.
– Usted ha puesto la lupa sobre la actuación de la Registraduría colombiana en los procesos electorales de este 2022 ¿Por qué?
La Registraduría hoy tiene una situación muy compleja. Es la primera vez que la diferencia entre el preconteo y el escrutinio es superior a un millón de votos. Por eso hay una serie de alertas que se han planteado ante las autoridades competentes, con un debate de control político que se realizó al registrador, el cual no asistió, y una serie de inconsistencias e irregularidades que hemos denunciado, tales como haberse caído la plataforma que asigna los testigos electorales a los partidos y no permitir que todos los partidos tuvieran esa representación en las mesas de votación. También irregularidades con lo que se denominada ‘homogenización de mesas’, que es una de las maneras más conocidas en el mundo entero de fraude electoral, que se realiza de manera manual. Asimismo, una serie de situaciones relacionadas con la empresa que contrató integralmente el proceso electoral, que anteriormente se hacía por módulos y ahora lo hace una sola compañía por un valor superior a 1.4 billones de pesos, es decir, casi 400 millones de dólares. Eso es un asunto bastante alarmante que las autoridades de control deben investigar.
– El registrador no asiste al debate de control político y, sin embargo, existen dudas sobre su desempeño en el cargo que han sido sometidas a las autoridades correspondientes. ¿Qué lectura tiene de esa situación?
Las denuncias se han formulado correctamente y esperamos las actuaciones de la Procuraduría, Fiscalía, Contraloría y todas las autoridades competentes. Hemos pedido también al nominador del cargo, que son los presidentes de las Cortes, que tomen cartas en el asunto y nos ayuden a garantizar la transparencia y, sobre todo, la credibilidad y el respeto por la institucionalidad y el sistema electoral. Eso nunca había sucedido en Colombia. Es una de las nuevas modalidades que ha implementado la izquierda latinoamericana y Colombia había sido ajeno a este tipo de interferencias. Hoy lo estamos viviendo directamente y por eso invitamos a todos los ciudadanos, a los periodistas, a todas las entidades, que nos ayuden a vigilar, de frente y muy de cerca, todo este proceso electoral para garantizar que quien tome posesión del cargo el próximo 7 de agosto en Colombia sea quien haya ganado democrática y legalmente las elecciones.
– ¿Respecto a las elecciones presidenciales, cómo evalúa lo que usted denuncia referente a las pasadas elecciones legislativas?
Claramente, lo que hay aquí es toda una preparación de un posible fraude para el 29 de mayo. Lo anunciamos, lo pusimos en evidencia cuando hicimos el debate de control político. Un viaje a España en el que coincide en tiempos el registrador y Gustavo Petro, y se anuncia una posible reunión del candidato presidencial con la empresa que maneja los sistemas desde el país. Tres o cuatro de sus alfiles políticos empiezan a anunciar un fraude tres o cuatro semanas antes. Luego, el día de las elecciones, a una hora apenas de haber comenzado las votaciones y estar en el conteo, ya empiezan a anunciar que hay 25.000 mesas con irregularidades y al final esto termina en que aparecen más de 600.000 votos a favor del Pacto Histórico (Alianza que apoya a Gustavo Petro). Esto realmente no tiene precedentes. Hay que pedirles a todas las autoridades competentes y a los amigos de Colombia en otros países que nos ayuden con veedurías internacionales para garantizar este proceso electoral.
– ¿Podría asegurarse que la postura asumida por la Registraduría colombiana no está permeada por alguna tendencia política ?
No podría aventurarme a hacer ese anuncio, pero el único partido beneficiado con lo que ha pasado en la Registraduría es el Pacto Histórico. Lo que sí puedo decir es que hay un control absoluto por parte del registrador, no solo en la Registraduría, sino también en el Consejo Nacional Electoral, donde tiene una división enorme en dos bloques que no hacen la mayoría en ningún lado y por eso no se ha podido elegir a su presidente, y esto por sí solo ya genera una parcialización por parte de él.
– Usted ha planteado la necesidad de que se nombre un registrador ad hoc, teniendo en cuenta todas estas suspicacias alrededor de su nombre.
Hoy insistimos en esta petición y coadyuvamos en una demanda de acción popular ante el Tribunal Superior de Cundinamarca, que solicitó como medida cautelar que fuera separado de su cargo el registrador nacional y esa medida fue denegada, pero se buscaron otras vías legales. Consideramos que es insuficiente todo lo que se ha venido haciendo. Es muy importante que desde todas las fuerzas políticas podamos avanzar rápidamente en esta ruta.
– Petro mencionó sutilmente la posibilidad de la reelección y eso prendió las alarmas. ¿Qué opinión le merece esa insinuación?
Esa ha sido la línea de conducta del candidato Gustavo Petro, siempre ha sido un populista de corte dictatorial. Así fue en la Alcaldía de Bogotá. No tiene ninguna diferencia con los gobiernos de Nicaragua, Venezuela o Cuba. Los ciudadanos tienen que revisar bien las propuestas que ha hecho Gustavo Petro, que son inverosímiles, increíbles, imposibles de realizar, pero, adicionalmente, nadie les va a regalar nada. Para eso que dijo Petro habría que reformar la Constitución o hacerlo a través de un referendo. Pero eso no sería un problema. Los gobiernos totalitarios y populistas se las ingenian para lograr reformas de cualquier manera, y luego terminan imponiendo su voluntad en todos los escenarios de poder.
Fuente: Diario Las Americas