El presidente de Colombia, Gustavo Petro, finalmente ve cómo su reforma a la salud recibe poco a poco el visto bueno en el Congreso. Días antes, aseguró que iba a insistir con la aprobación de esta norma “las veces que sea necesario” y para el martes 28 de noviembre la Cámara de Representantes avanzaba con la aprobación de 14 artículos tras siete horas de debate.
La votación continúa este 29 de noviembre pasando por encima de las advertencias en relación con las consecuencias que desencadenará la reforma. Una, es que costará 929.000 millones de pesos adicionales el próximo año, un equivalente a 234.7 millones de dólares. Es que, a medida que pase el tiempo, el costo será mayor, según las estimaciones publicadas por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Aunque para el año 2036 la situación podría cambiar, por ahora la cartera reporta que sin una reforma, “los gastos del sector salud el próximo año alcanzarían a los 91,3 billones de pesos. Con la reforma, el gasto para el mismo año sumará 92,2 billones de pesos”. En otras palabras, el gobierno socialista de Gustavo Petro pisa un campo minado a pesar de que 21 congresistas del Partido Conservador y La U se prestaron para conseguir el quórum que el mandatario necesitaba para seguir con sus planes y conseguir la aprobación de varios artículos. A pesar de eso, no contó con el apoyo de Alianza Verde.
El “orangután” dentro de la reforma
Nueve representantes conservadores y 12 del Partido de la U estuvieron en la plenaria del Congreso el martes pasado “y ayudaron, indirectamente, al Gobierno en el trámite del proyecto”, apuntó un reporte de Semana. Allí estuvieron incluidos los artículos que dan acceso al Gobierno a los recursos para el pago a las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) a través de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres); así como el proceso de funcionamiento de los equipos médicos territoriales.
Acto seguido, para este 29 de noviembre, Petro convocaba al Partido Conservador a la Casa de Nariño “a un encuentro privado” con el fin de hablar sobre la controvertida reforma a la salud. El mandatario sigue pretendiendo llevar adelante un proyecto de ley que incluso provocó la salida de su exministra, Carolina Corcho, y le está mereciendo más críticas de las que ya tiene su vapuleada gestión. Este sistema en manos del Estado no augura más que destrucción y corrupción, como advierten desde ya actores de la política colombiana.
A esta hora, la atención se la lleva principalmente un artículo bautizado como “orangután”, aprobado en el hemiciclo y que permite el giro directo de la Adres a las IPS del 85 % de los pagos sin control previo. Para Catherine Juvinao, representante por la Alianza Verde, se trata de una medida “demencial” que va “a acabar con el sistema de salud”. Y aunque Petro quiso refutar a esta afirmación, le resulta imposible apaciguar las preocupaciones de que se exacerbe la corrupción. Una alerta de la que se hace eco el expresidente Álvaro Uribe luego de una reunión que tuvo con el mandatario.