Las operaciones de un sinfín de retroexcavadoras chinas en la selva boliviana para extraer oro, sumado a la pesca ilegal de calamar en aguas del Pacífico Sur, la cual es emprendida por embarcaciones vinculadas al régimen de Xi Jinping, comprueban que Pekín depreda a América Latina con impunidad.
Por ninguna de estas maniobras hay detenidos. China actúa con astucia. Según un reporte del Pulitzer Center, oculta su participación en la minería nociva con la fachada de cooperativas locales que reciben una renta a cambio de mantener el secreto. “Se enriquecen con el oro boliviano sin pagar impuestos y contaminan los ríos con mercurio y otros desechos tóxicos que después llegan al Parque Madidi”, precisa el medio.
Cinco pueblos indígenas que consumen pescado de los ríos cercanos de la zona en la que se ejecutan estas actividades reportan niveles de mercurio tóxicos en sus cuerpos, al superar 1 parte por millón (ppm), que es la cifra que establece la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, la comunidad Esse Ejjas registra entre sus miembros afectados hasta 6,9 ppm, mientra que en la etnia Tsimane-Mosetenes hay integrantes con 2,7 ppm. En otras zonas como Uchupiamonas, los estos niveles en las personas alcanzan 2,5 ppm. Un caso parecido ocurre en los Tacanas, área que ronda 2,1 ppm y en los Lecos ya repunta con 1,2 ppm.
Un negocio camuflado
Los obreros trabajan por turnos de 11 horas en gigantescas zonas de suelo estéril y cada día, a cada hora, incuantificables litros de agua mezclados con mercurio. A su vez, otros contaminantes tiñen los ríos que desembocan en esa área protegida.
El bosque desaparece al ritmo de las faenas que lo convierten en cientos de colinas artificiales de piedra que dominan tractores en movimiento. Al régimen de Xi Jinping no le importa. China es el principal acreedor binacional de Bolivia. Hasta fines del 2021 se le debía el 10,3% de la deuda externa pública, equivalente 1312 millones de dólares.
Pekín maneja el escenario para extender y sostener “el saqueo minero”, considerando que las cooperativas que camuflan su injerencia perciben una renta superior al 25 % para mantener un negocio donde las empresas fantasmas se libran de pagar hasta un 37,5% de impuesto a las utilidades (IUE), un 13% de impuesto al valor agregado (IVA), un 3% de impuesto a las transacciones (IT), y hasta un 7% de regalías para las regiones donde operan.
Tras la fachada de las cooperativas, las regiones sólo reciben un 2,5% de regalías, y se espera que el Estado reciba en un futuro sólo un 4,8% de impuestos.
Con complicidades
Esa balanza desigual y distorsionada donde China depreda a América Latina también expone una “política entreguista” por parte del presidente, Luis Arce. La data del Ministerio de Minería, lo confirma al arrojar que en al primer trimestre de 2022, el 99% del oro producido en Bolivia se registró como en nombre de las cooperativas y sólo el 1% por empresas privadas.
«Los chinos se llevan todo y no dejan nada para el pueblo, pero el Gobierno no dice nada», dijo a Pulitzer Center, un hombre que no quiso revelar su identidad.
Xi no puede negarlo. Las orillas de los ríos convertidas en pedregales están repletas de maquinaria de procedencia china, fabricadas por gigantescas compañías que en su mayoría están vinculadas al Partido Comunista Chino (PCC).
Hay volquetas Howo, de la CNHTC (China National Heavy Duty Truck Group Co.), una empresa del Gobierno Popular de China; maquinaria de LiuGong, una empresa pública china. La compañía Sinotruck Group, parte también de la CNHTC. Hasta operan motorizados Detank, una marca vinculada a la compañía china Zoomlion, cuyos directivos son miembros del PCC.
Abuso mar adentro
De la misma forma, Chile, Perú y Ecuador están en alerta por la pesca indiscriminada de calamar en sus zonas exclusivas por parte de embarcaciones chinas, tras la confirmación de que el 98,7 % de la flota que capturó y navegó en el Pacífico Sur en 2021 tenía bandera china.
De 140 embarcaciones monitoreadas por la C4ADS —una organización dedicada a proporcionar análisis basados en datos sobre conflictos globales y problemas de seguridad transnacional— 133 (95 %) pertenecen a China, cuatro (3 %) a Taiwán y tres (2%) a Corea del Sur.
La preocupación abunda desde la detención del Fu Yuang Yu Leng 999 con 300 toneladas de pescado, incluyendo 6620 tiburones por parte de Ecuador en 2017.
Informes de ubicaciones falsas y el uso de múltiples identidades de servicios móviles marítimos (MMSI) comprueban las operaciones irregulares en aguas lejanas de buques vinculados al régimen de Xi Jinping.
La investigación C4ADS precisa además que la propiedad de las embarcaciones se concentra solo en 50 empresas donde prevalece una superposición adicional entre accionistas y beneficiarios reales.
Incluso revela que 25 tienen vínculos con la cúpula estatal de Pekín y 16 de las embarcaciones están relacionadas a denuncias de tráfico ilícito e incluso trabajo forzoso y otros delitos. “Los transbordos en alta mar son prácticamente imposibles de controlar” afirma Greenpeace. Es una forma protocolar de decir que China depreda a América Latina sin ninguna contención.