Sonia Schott,
El Estado de derecho es el principio bajo el cual todas las personas, instituciones y entidades, son sujetos ante las leyes. Es parte fundamental de los gobiernos democráticos y encuentra su razón de ser en la relación que existe entre el Estado y el Derecho.
Se basa en los principios de rendición de cuentas, donde tanto el gobierno como los actores privados son responsables ante la ley. Las leyes justas, donde las leyes son claras, públicas, estables, se aplican por igual y protegen los derechos básicos. El gobierno abierto, donde los procesos, por los que se administran y se aplican las leyes, son accesibles, justos y eficientes y la resolución accesible e imparcial de conflictos, en los que la justicia se aplica de manera oportuna por representantes competentes, éticos, independientes y neutrales que son accesibles.
Ahora bien, a los ojos de Donald Trump y de los republicanos que votaron por él en 2020, y que planean hacerlo otra vez en 2024, hay prisa en las acusaciones por llevar a juicio al expresidente ante de la fecha de las elecciones, implicando que la administración de Joe Biden y el Departamento de Justicia tienen prisa en condenarlo.
Y es que los seguidores de Trump piensan que las decisiones tomadas en relación con los cargos formulados contra el expresidente han tenido un sesgo político.
Por su parte, el fiscal especial Jack Smith, designado para investigar todos los señalamientos, insiste en que es su deber reunir todas las pruebas y presentarlas ante un gran jurado tan pronto como sea apropiado y de acuerdo con las leyes.
Smith debe ser ajeno a las presiones políticas, pues su papel es garantizar que los juicios se celebren en una forma y en un momento acordes con la gravedad de los cargos, estableciendo un marco justo, tanto para el acusado como para las autoridades judiciales.
En otras palabras, no se debe ni considerar una demora por razones políticas, ni se debe permitir una prisa indecorosa.
En cierto modo, Smith podría haber llegado a la conclusión de que lo mejor para la transparencia hubiera sido posponer los juicios hasta después de las elecciones de 2024.
Eso le habría permitido a Trump continuar su campaña por la Casa Blanca sin la amenaza de un encarcelamiento inminente, pero a la vez, esto habría sido una decisión política.
Como abogado especial, ese no es su papel.
Corresponde a los grandes jurados decidir sobre las acusaciones y luego, a los jueces asignados fijar las fechas de los juicios. La política no debe influenciar en la toma de decisiones de los jueces.
Entonces, si el fiscal especial hubiera decidido retrasar todas las decisiones sobre los cargos hasta después de las elecciones de 2024. ¿Habría sido eso más justo para Trump y mejor para el país?
Si Trump fuera derrotado por el presidente Joe Biden en una repetición de las elecciones de 2020, entonces los juicios podrían continuar según lo planeado.
Pero ¿y si Trump gana las elecciones? ¿Podrían seguir adelante los juicios contra Trump como presidente electo? ¿Qué pasaría si luego fuera declarado culpable y sentenciado? ¿Podría perdonarse a sí mismo y luego seguir dirigiendo el país?
Hay cuestiones mucho más controvertidas que deberían resolverse si Trump ganara las elecciones en noviembre de 2024.
En ese sentido, ¿no es mejor que todo juicio se celebre antes de la elección?
Por supuesto, inevitablemente tendrá un gran impacto en los meses previos al día de los comicios. Pero ¿no sería más justo que todo se aclarara antes de que los votantes tomen su decisión final?
Trump y sus abogados confían en que será absuelto de todos los cargos, cerrando así este capítulo. Pero, si están equivocados y Trump es condenado por todos o algunos de los cargos, entonces claramente la posibilidad de una sentencia abriría una nueva serie de interrogantes constitucionales.
¿Podría Trump seguir peleando las elecciones desde una prisión o acaso tomando en cuenta la alta posición que ocupó en el país, se puede suspender la pena de prisión?
Estas preguntas, por desafiantes que sean, se resolverían más fácilmente antes de las elecciones de noviembre de 2024.
Seguramente sería mucho peor para el país si Trump ganara las elecciones, luego de ser juzgado y posiblemente sentenciado, ser enviado, como presidente en funciones, a prisión.
Eso sería un desastre para todos.