MIAMI- A medida que se acercan los comicios presidenciales en Venezuela, se vislumbra una masiva afluencia de votantes decididos a ejercer su derecho al sufragio, con la esperanza de propiciar un cambio político en el país.
Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre cómo responderá el chavismo en el poder ante lo que se pronostica como una derrota para Nicolás Maduro y su plan de reelegirse.
Dos de los más respetados analistas venezolanos, que además han dedicado los últimos años al estudio de las transiciones democráticas en el mundo, Benigno Alarcón y John Magdaleno, coinciden en recalcar que la gran diferencia de votos a favor del cambio en Venezuela, con una tendencia creciente en las últimas semanas, garantizarían una mayoría de votos este 28 de julio a favor del exembajador Edmundo González Urrutia.
La interrogante que estos dos analistas y otros muchos observadores evalúan es la respuesta que dará el régimen de Maduro ante un resultado adverso. Tanto Alarcón como Magdaleno consideran que políticamente, con tan pocos días de distancia de los comicios, lo que muestran las encuestas más confiables es sencillamente irreversible.
Sondeo
La semana pasada, la firma Delphos, en alianza con el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), mostraba al candidato opositor con un 59,1% de intención de voto. Maduro le seguía, pero muy distante con 24,6%.
Alarcón, quien es el director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, dijo que «están dadas» las condiciones para una transición política en el país y consideró bajas las probabilidades de que, a último momento, se suspenda la votación o se inhabilite al candidato opositor o se ilegalice la tarjeta opositora de la Mesa de la Unidad Democrática.
Las elecciones serán el próximo domingo y cualquier acción de este tipo profundizaría la percepción de que el chavismo está derrotado.
El politólogo y experto en Planificación Ricardo Ríos, director de la consultora Poder y Estrategia, confimó los resultados de su último estudio, que muestran una brecha aún mayor que el estudio de Delphos. Hechas con algunos días de diferencia, dejan en evidencia el crecimiento constante que viene teniendo la candidatura del candidato opositor.
De acuerdo con Poder y Estrategia, González Urrutia se haría con el 64% de los votos mientras que un 21% votaría por Nicolás Maduro.
Ríos coincide en que políticamente tal brecha no puede reducirse. Entre los venezolanos se posicionó la idea del cambio y eso se va a materializar en las urnas el 28 de julio.
«Transición o fraude»
Sin embargo, crecen las dudas sobre qué hará el chavismo con este resultado. Para Alarcón, «los escenarios quedan reducidos a solamente dos: transición o fraude». A juicio del experto, con tal volumen de votos, y con una presencia masiva de venezolanos acudiendo a votar, con lo cual se le dará legitimidad al proceso, el chavismo debería allanarse a una negociación que conduzca a una transición o ejecutar un fraude para desconocer los votos opositores y luego estar preparado para llevar adelante una represión del descontento que esto generaría en el país.
Con un proceso de investigación abierto por la Corte Penal Internacional, junto a documentados y voluminosos informes de la Comisión de Verificación de los Hechos, que se han ventilado en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y que incluyen la identificación de los represores, por las olas represivas de 2014 y 2017, parece menos probable que militares y policiales obedezcan instrucciones en Venezuela, que luego les pondrían en la mirilla de las entidades de derechos humanos.
Sin embargo, no existen señales de que el chavismo vaya actuar en esa dirección, la de la represión.
En la otra dirección, la de que acepte su derrota, ya al menos un alto mando del régimen, el gobernador Freddy Bernal, desde el estado Táchira y luego de haberse reunido con Maduro, dijo que si fuese el caso el actual gobernante entregaría el poder y ejercería una oposición férrea contra el nuevo Gobierno. Según lo que proyecta Bernal, el nuevo Gobierno de González Urrutia no duraría ni un mes el poder, si tal cosa ocurriese.
En este contexto de incertidumbre, en torno a las consecuencias que tendrá la jornada electoral en Venezuela, los obispos católicos hicieron un llamado a las Fuerzas Armadas.
La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) exhortó a las Fuerzas Armadas del país a «respetar y hacer respetar» el voto popular y reiteraron que el papel de los uniformados es acatar la «voluntad popular expresada en el voto».
«Todas las encuestas serias apuntan hacia un triunfo del candidato de la oposición unida, Edmundo González Urrutia. El misterio es cuál va a ser la reacción del régimen de Nicolás Maduro en caso de una derrota», sostiene el sociólogo chileno Fernando Mires, largamente radicado en Alemania.
«Nadie imagina al autoritario presidente ciñendo la banda presidencial en el pecho de González. Tampoco nadie lo imagina reconociendo hidalgamente su derrota. Pero en la historia siempre hay un lugar para lo inimaginable», aseguró este académico, profesor emérito de la Universidad de Oldenburg.
Para Mires, Maduro efectivamente podría ejecutar un fraude masivo el día de las elecciones o llevar adelante un golpe de Estado con cualquier excusa para evitar medirse en las urnas.
Una tercera carta de Maduro, a juicio de Mires, sería aceptar la derrota «aunque sea de malas ganas», y apostar a convertir al PSUV en el eje de la oposición contra el nuevo Gobierno, en la tesis que expresó públicamente Bernal. Si esa fuese la opción del chavismo, «Maduro pasaría a la historia de la izquierda latinoamericana como un estadista y no como un criminal».