En el artículo se subraya que la CELAC, integrada por una treintena de países, fue criticada varias veces por ofrecer respaldo a cuestionados gobiernos que fuera de sus cumbres no encuentran legitimidad internacional.
Uno de los momentos de mayor tensión se vivió en 2020, cuando Brasil abandonó el organismo descontento porque el grupo apoyaba a “regímenes no democráticos” como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuestionados a su vez por Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos por presuntas violaciones a los derechos humanos.
El año pasado, en México, a la voz colombiana se sumó la del uruguayo Luis Lacalle Pou, la del ecuatoriano Guillermo Lasso y la del paraguayo Mario Abdo: estos tres mandatarios se animaron a criticar a los dictadores Díaz Canel y Maduro mirándolos a la cara.
El uruguayo recitó entonces una estrofa de “Patria y Vida”, la canción que se transformó en una emblema de la lucha contra la dictadura cubana: “Quiero citar una canción muy linda que quienes la cantan se sienten oprimidos por el gobierno: ‘Que no siga corriendo la sangre por querer pensar diferente, quién les dijo que Cuba es de ustedes si mi Cuba es de toda mi gente’”.
“Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente”, aseguraba por su parte Abdo.
En su intervención, el ecuatoriano Lasso advirtió que el futuro común de la región solo puede construirse a través de la libertad. “Libertad para nuestros ciudadanos, para abrir nuevos mercados , para comerciar, soñar y crecer juntos en una plena democracia donde existan elecciones transparentes, donde se respete la libertad de expresión, donde se respeten los derechos humanos y las libertades políticas de los opositores a nuestros gobiernos”, pidió.
Fuente: Diario las Américas