Líderes del Congreso en Washington, entre ellos, Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, anunciaron un acuerdo sobre el presupuesto federal del 2025, que evitó el cierre del gobierno.
El pacto temporal por tres meses, que da inicio el 1ro de octubre como parte del nuevo período fiscal, funcionará hasta el 20 de diciembre, apenas cuatro días antes de la Navidad.
Ambas Cámaras del Congreso aprobaron la propuesta de financiamiento 72 horas después y cinco días antes de que venciera el plazo para la entrada en “default” (impago) del gobierno federal.
Esta es la cuarta ocasión que el Congreso de EEUU se ve impedido de llegar a un acuerdo anual y sólo obtiene plazos temporales, señal de la gran división y la pujanza de cada partido respecto a sus objetivos principales.
Las elecciones
A pocas semanas de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, a demócratas ni republicanos les convenía un desgaste de esfuerzos sobre el presupuesto en las semanas decisivas y previas a los comicios generales.
La propuesta inicial de Joe Biden presentada en marzo de este año fue de 7,2 billones (trillions) de dólares, el mayor plan de gasto de su gestión, caracterizada por la irresponsabilidad con el dinero de los contribuyentes.
Por supuesto, resulta casi imposible que ese sea el presupuesto final, como ocurrió con las solicitudes hechas para 2022, 2023 y 2024.
Los republicanos han acusado a Joe Biden, Kamala Harris y su administración de derrochar los fondos federales desde su llegada a la Casa Blanca el 20 de enero de 2021.
Gracias al freno de los conservadores en la Cámara Baja en los últimos dos años, debido al control conservador y de senadores demócratas moderados, el desastre no ha sido mayor durante el actual mandato presidencial.
Lo “significativo” en esta ocasión es que se incluyeron apenas 231 millones de dólares adicionales para reforzar al Servicio Secreto, después de dos intentos de asesinato al candidato presidencial republicano, Donald Trump, en menos de tres meses. También se añadieron fondos para asistir en la transición presidencial y otros asuntos.
Cuando se agrega esta cantidad al presupuesto de 3.000 millones anuales del Servicio Secreto, se supo que Estados Unidos desembolsó, de forma adicional, «más de 685 millones de dólares» para ayudar a países latinoamericanos a acoger a los migrantes, de acuerdo con el jefe de la diplomacia Antony Blinken.
Con esta cifra, el gobierno de Joe Biden ha destinado en 2024 más de 1.200 millones de dólares a esta labor.
Los nuevos fondos «incluyen casi 369 millones de dólares para ayudar a refugiados, poblaciones migrantes vulnerables y países de acogida» y otros 228 millones en asistencia «alimentaria de emergencia» para migrantes venezolanos y desplazados en Colombia, Ecuador y Perú, precisó.
Sin embargo, temas escabrosos quedaron pendiente cuando el regreso de los legisladores a Washington está previsto para el 12 de noviembre.
Para llegar a un consenso, Johnson tuvo que dejar a un lado la petición de los republicanos de incluir un Proyecto de Ley para exigir a todos los estados la demostración de ciudadanía a quienes se registrasen para ejercer el voto el 5 de noviembre.
Una medida “muy limitada”
Las negociaciones bipartidistas comenzaron poco después de esa concesión, y los líderes acordaron ampliar el financiamiento hasta mediados de diciembre.
El pacto le otorga al Congreso actual la capacidad para delinear una iniciativa de gastos para todo el año una vez concluidas las elecciones del 5 de noviembre, en lugar de dejar esa responsabilidad en manos del próximo Congreso y el nuevo Presidente.
En una misiva dirigida a sus colegas republicanos, Johnson señaló que la medida presupuestaría sería “muy limitada” e incluía “sólo las extensiones absolutamente necesarias”.
“Si bien ninguno de nosotros prefiere esta solución, es lo más prudente en las circunstancias actuales”, escribió Johnson. “Tal como nos ha enseñado la historia y las encuestas actuales, cerrar el gobierno cuando faltan menos de 40 días para una elección sería un acto de negligencia política”.
Muchos republicanos son reticentes a volver a subir el límite del gasto presupuestario y piden un mayor rigor fiscal, pero Johnson no logró mayoría para prorrogar por seis meses más el actual presupuesto de gobierno.
La Cámara de Representantes y el Senado aprobaron por abrumadora mayoría el proyecto de ley para financiar al gobierno hasta el 20 de diciembre. Horas más tarde, Joe Biden firmó el plan de gastos para convertirlo en ley.
La Cámara Baja votó 341 contra 82 para mantener la financiación del gobierno en los niveles actuales durante los próximos tres meses. En el sufragio, 209 demócratas se unieron a 132 legisladores republicanos para pasar la medida.
El Senado aprobó la extensión poco después con una votación de 78 contra 18.
“Crisis de financiación”
La medida de financiación aprobada no fue la primera opción del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. La semana pasada, propuso una extensión de seis meses que también incluiría la Ley de Protección de la Elegibilidad de los Votantes Estadounidenses, que requeriría que las personas demuestren que son ciudadanos estadounidenses antes de poder votar.
Queda pendiente la próxima pugna fiscal en la sesión saliente después de las elecciones y antes de Navidad, lo que pone contra las cuerdas a los republicanos que se oponen a sumar más dinero a la deuda pública de EEUU que ya supera los 35 billones (trillions) de dólares.
Thomas Massie (republicano de Kentucky) y miembro del Comité de Reglas de la Cámara, afirmó en una audiencia a principios de semana que la medida sólo «crearía una crisis de financiación del gobierno la semana anterior a Navidad» para presionar a los miembros a votar por otro proyecto de ley provisional, antes de que pudieran volver a casa y ver a sus familias durante las vacaciones.
«Deberíamos financiar todo el proyecto durante un año», dijo Massie a sus colegas. Pero eso no ocurrió esta vez.
Una propuesta de gasto anterior de seis meses con una disposición reforzada para evitar que los no ciudadanos se registren para votar no había logrado ser aprobada por la Cámara la semana pasada.
El líder del Senado Chuck Schumer y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, acordaron en enero un nivel de gasto máximo de 1,66 billones de dólares hasta el 30 de septiembre.
«La mejor jugada en estas circunstancias fue la CR con la Ley SAVE», dijo Johnson antes de la votación sobre la extensión de los fondos. «Pero nos quedamos un poco cortos de la línea de meta, así que tenemos que ir con la última jugada disponible».
Cada año fiscal federal comienza el 1ro de octubre, pero el Congreso no ha financiado al gobierno a través del método tradicional de aprobar 12 proyectos de ley de asignaciones separados antes de esa fecha límite desde fines de los años 1990.
El miércoles 25 de septiembre fue el último día de trabajo de la Cámara antes de que los miembros regresen a sus distritos de origen para la recta final de la campaña electoral. La Cámara Baja volverá a sesionar el 12 de noviembre.