MIGUEL ÁNGEL MARTIN,
“Un autogolpe es una traición a la soberanía del pueblo. Los ciudadanos estamos unidos en la defensa de nuestra democracia.»
Un autogolpe se produce cuando el propio gobierno de un país actúa contra el Estado que administra para alterar las reglas a su favor, generalmente con el objetivo de perpetuarse en el poder de manera ilegal. Estos golpes suelen implicar acciones directas para restringir derechos, suprimir a la oposición y controlar los procesos políticos y judiciales. Ver artículo publicado en www.diariolasamericas.com, el 23 de junio de 2024, titulado: “No es un fraude electoral, es un golpe de Estado”.
Nicolás Maduro ha llevado a cabo un autogolpe al robarse las elecciones en las que la mayoría de los ciudadanos rechazó su continuidad en la presidencia. Este autogolpe ha sido ejecutado con la complicidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), socavando la legitimidad electoral y consolidando un régimen autoritario.
Efectos Inmediatos del Autogolpe
Las acciones totalitarias del régimen contra la soberanía popular, expresada en las elecciones del 28 de julio de 2024, donde el pueblo venezolano exigió de manera masiva y democrática un cambio de gobierno, generan los siguientes efectos:
Vacío de la democracia: Se terminan de destruir las instituciones del Estado, eliminando la ya debilitada separación de poderes y los mecanismos de control y balance. Esto posiciona a Venezuela bajo un régimen autoritario reconocido internacionalmente.
Crisis política: La acción provoca un rechazo significativo tanto a nivel nacional como internacional, desencadenando protestas masivas, una mayor inestabilidad política y una creciente falta de legitimidad del gobierno.
Reacción internacional: sanciones y aislamiento: La comunidad internacional democrática condena el autogolpe, lo que puede resultar en sanciones económicas, aislamiento diplomático y pérdida de apoyo externo.
Violaciones de derechos humanos: Para mantenerse en el poder y silenciar a la ciudadanía, el gobierno recurre a la represión, incluyendo arrestos arbitrarios, censura, violencia contra opositores y manifestantes, y ejecuciones extrajudiciales. Estas violaciones aumentarán para sembrar miedo en la población.
Colapso económico: La inestabilidad política y el aislamiento internacional afectan gravemente una economía ya deteriorada por las políticas del régimen, provocando fuga de capitales, pérdida de inversiones y un empeoramiento de la calidad de vida de la población.
Resistencia interna: Las acciones del régimen generan una fuerte resistencia dentro del país, manifestada en movimientos populares y en mensajes de concienciación dirigidos a las fuerzas armadas y policiales para que no repriman al pueblo ni apoyen prácticas dictatoriales. La resistencia será selectiva y con acciones escaladas para aumentar la presión sobre el régimen autoritario.
En resumen, el autogolpe de Maduro tiene consecuencias que van desde la degradación democrática hasta un potencial colapso económico y social, además de una reacción internacional adversa contra un régimen que se pretende mantener de manera ilegítima.
Herramientas de presión de la comunidad internacional
La comunidad internacional dispone de varias herramientas para ejercer presión sobre Maduro y su régimen totalitario. Entre las principales se incluyen:
Sanciones diplomáticas: Los países pueden retirar a sus embajadores y cortar relaciones diplomáticas, o suspender a Venezuela de organizaciones internacionales, lo que aísla aún más al gobierno y lo deslegitima a nivel global.
Sanciones económicas: congelamiento de activos y restricciones comerciales: Se pueden imponer sanciones adicionales, como el congelamiento de activos, la prohibición de transacciones financieras o restricciones comerciales, con el objetivo de debilitar al régimen al afectar su economía y capacidad de represión. Es crucial que estas sanciones se implementen con cuidado para minimizar el impacto en la población civil.
Sanciones dirigidas: blancos específicos: Estas incluyen sanciones específicas a líderes clave del gobierno, especialmente los que ejecutaron el autogolpe, incluyendo a los magistrados del TSJ y los que realizaron el inédito peritaje en el cual descansa la inconstitucional decisión del Tribunal que convalida la permanencia del poder de Maduro de manera ilegitima; los rectores del CNE y directivos de las empresas cómplices como CANTV y Movilnet, la empresa argentina Ex Clé, que serían cómplices de Maduro, así como las policías y unidades militares que ejecutan la represión violenta al pueblo que reclama de manera pacífica. Estas sanciones serían prohibiciones de viaje internacional, congelamiento de activos que incluyen cuentas bancarias e inmuebles, retiro de visados, aumentando la presión sobre quienes toman las decisiones.
Cese de ayuda económica: Países y organismos internacionales pueden suspender o condicionar la ayuda económica y el financiamiento hasta que se restauren las normas democráticas y se recupere el orden constitucional violentando.
Denuncias y condenas públicas: A través de declaraciones conjuntas, resoluciones en organismos internacionales como la ONU, la OEA o la Unión Europea, y campañas de concienciación, que busca condenar el autogolpe y generar presión moral, aumentando progresivamente el cerco internacional.
Intervención humanitaria: Si el régimen de Maduro sigue adoptando medidas extremas que impactan en la vida de la gente, se podría considerar una intervención humanitaria para proteger a la población civil de la violencia estatal o garantizar el acceso a ayuda humanitaria.
Corte Penal Internacional (CPI): En los casos de crímenes graves que ejecuta hoy el régimen de Maduro, la comunidad internacional puede remitir el caso a la CPI para investigar y enjuiciar a los responsables de violaciones graves de derechos humanos, como lo ha venido señalando el Secretario General de la OEA.
Estas acciones buscan aislar al régimen que ha perpetrado el autogolpe, dificultar su gobernabilidad y aumentar el costo de mantenerse en el poder, con la esperanza de restaurar el orden democrático.
«La democracia no se negocia, se defiende. Rechazamos rotundamente