«Siempre la carne bajaba de precio para fin de año porque el Estado vendía más barato y los particulares tenían de sobra», comentó Xiomara, una enfermera retirada de Mayarí, donde el Gobierno solo vendió pollo.
Adriel, un cuentapropista que expende productos del agro, dijo que mató varios puercos en los días de fin de año y se quejó de los precios topados. La libra a 25 pesos «no da la cuenta».
«Tuve que subir a 28 porque pagué los animales a 16 la libra en pie, en las montañas, casi llegando a la provincia de Santiago de Cuba. Como está el combustible de caro, el viaje solo me costó 1.000 pesos con un camionero«, comentó.
Gregorio, un campesino, estuvo buscando arroz y frijoles, pero no encontró.
«Este año no se sembró casi frijoles en Mayarí, se le ha sacado el pie a eso. Hace unos años vendían la semilla por la cooperativa y el paquete tecnológico, pero ahora ni se habla de frijoles. Yo mismo me quedé esperando la semilla. Recuerdo que Raúl decía que nos íbamos a autoabastecernos para sustituir importaciones. Ahora ni se produce ni se compra afuera, porque lo que sucedió fue que el frijol desapareció«, dijo.
En Mayarí la producción porcina tuvo un declive enorme debido, en parte, a la profundización de la crisis económica en los últimos meses. Pero también influyó el encarcelamiento por corrupción del mayor criador del territorio, Bismar Rodríguez, junto con directivos municipales de la empresa porcina HOLPOR.
El abandono de las infraestructuras y la disolución de un esquema de producción que involucraba a numerosos criadores y funcionaba como una empresa muy eficiente, ha repercutido negativamente.
Ello se suma a decenas de corrales vacíos en todo el municipio por la falta y el encarecimiento de los piensos de alimento animal. Mientras, la carne no puede subir normalmente, ajustándose al mercado, por causa de los precios topados. Ello deja muy poco o nulo margen comercial.
Solo en las montañas, donde se crían los cerdos principalmente con frutas y palmiche, cuya cosecha fue particularmente abundante este año, se mantienen las crianzas. No alcanzaron para satisfacer la demanda del municipio en fechas festivas, pero sí contribuyen a que la carne preferida de los cubanos no desaparezca del todo de Mayarí.
Fuente: Diario de las Américas